Foros Toreros

Los toros fomentan el sentido crítico del espectáculo, algo inaceptable para ciertos políticos, para los políticos de izquierda. Los políticos de izquierda no admiten críticos de su política o de sus resultados. Por eso están contra la tauromaquia.

El que quiera peces, que se moje el culo; no se puede pescar a bragas enjutas; el que quiera privilegios del pueblo, que se baje al ruedo y se gane sus privilegios lidiando toros: que el pueblo decida qué es arte, quién es artista, y qué privilegios se ganó.

El asunto no es que puedan opinar sobre lo que ven en el ruedo los espectadores de una plaza de toros: es que su obligación opinar, dar un veredicto sobre la faena del torero y el comportamiento del toro. Es que cada tarde deben votar 12 veces x toro y torero.

Acaso la tauromaquia sea el único espectáculo del mundo en el que se enjuicia al mismo tiempo al gobierno -el torero- y a la oposición -la ganadería-. Con la terna y sus seis toros. Y cada tarde. Esto solo lo soporta un pueblo democrático.

Los toros son un espectáculo que nunca puede quedar bajo control de ningún gobierno. Ni siquiera bajo Franco sucedió. Un espectáculo que pone en tela de juicio al que manda -el torero- y a la oposición -el toro- y lo hace durante toda la corrida, con seis toros, todos sometidos al escrutinio crítico, este espectáculo nunca puede ser del agrado de los dictadores. Al contrario, huyen.

¡Qué bien explicao! No puede haber corridas de toros como propaganda de un régimen. Sí hay cine, teatro, televisón... como propaganda.

La tauromaquia es antifascista, porque el pueblo opina del espectáculo que ve. En una dictadura los espectáculos, de la televisión al cine, están controlado desde arriba. La tauromaquia es horizontal: todos los espectadores son iguales y pueden opinar libremente.

No me imagino a ningún Bardem dedicándose al toreo y predicando comunismo. Un torero no se puede "comprar" ni "fichar" para una causa o un partido. Y sin embargo, los actores o los directores de cine sí: militan en partidos. por eso los toros son antifascistas.

Las corridas de toros son actividades que despiertan la participación del público, exigen su participación, son un espectáculo activo; el cine o el teatro son pasivos. En estos escenarios los políticos manejan todo: directores, actores, temáticas, así de claro.

A los toros se va a aplaudir o a silbar, y se va sabiendo qué se va a ver, qué se espera. Ningún espectáculo es comparable.