Foros Toreros

Y esta batalla ganada que debería ser motivo de alegría y gozo entre los aficionados se está transformando en una pelea por detalles que obvian lo importante: una plaza más recuperada para los toros.

En esta batalla hay dos bandos: los "políticos" que se arriman al sol que más calienta -ahora están con los antitaurinos- y al otro lado, los aficionados y la gente formal.

En enero de hace dos años fue El Batán: la alcaldesa de Madrid se sintió con fuerza para cerrar la escuela y dejar abandonado -sin personal y sin vigilancia- todo el complejo, es decir, escuela, instalaciones y corrales. La dirección de la escuela dijo "no" y comenzó la batalla.

Sin embargo, hubo unos cuantos "taurinos" que optaron por dar la espalda al Batán: unos con insultos además a antiguos alumnos de la escuela; otros sacaban a colación pleitos o malentendidos de hacía décadas. ¿Era acaso ese el momento de plantear esos problemas antiguos? La informalidad de aquellos 'aficionados' poniéndose no de perfil sino frente a los defensores de El Batán, de la tauromaquia, no es aceptable.

Ayer El Batán, hoy Baleares. Si no te gusta el empresario, los toreros o la ganadería estás en tu derecho; pero no te pongas del lado de los antitaurinos.

Estás en tu derecho a exigir una ganadería u otra; a exigir la contratación de un torero u otro; como público claro que estás en tu derecho. Como aficionado tienes la obligación de no estorbar el avance de la tauromaquia.

No nos engañemos, las autoridades de baleares quieren boicotear la celebración de la corrida del 9 de agosto.

Solo el anuncio de celebrar una corrida y antes del plazo para recibir la oportuna solicitud para la misma, tanto el ayuntamiento como la consellería se han lanzado a tumba abierta anunciando una batería de medidas para impedir o dificultar la celebración de la corrida "monstruo" como se ha calificado desde algunos periódicos de Madrid, anunciada para el día 9 de agosto.

Según informa la prensa balear, Neus Truyol (del partido Més) concejala de Modelo de Ciudad, Vivienda Digna y Sostenibilidad ha lanzado toda una serie de medidas de inspección a las pocas horas de conocerse la noticia.

Truyol ha declarado "todas las instituciones públicas, tanto el Ayuntamiento como el Gobierno de Baleares, haremos una inspección y una vigilancia para que se cumplan todos los requisitos que prevé la ley a nivel balear”.

Esta es una lista de las inspecciones anunciadas:

que haya una enfermería fija en la plaza de toros,

que haya una ambulancia por cada mil espectadores,

que no haya venta y consumo de alcohol en la plaza de toros,

que sea una plaza con accesibilidad universal

asimismo, la concejala recuerda que también está prohibida la entrada a menores de 18 años.

Está claro que las autoridades municipales quieren aprovechar la "corrida monstruo" como "autopromoción" de su actividad, en ningún momento han mostrado interés por defender los intereses de los aficionados.

Es una cuestión de perspectiva. En las corridas de toros sin muerte de Estados Unidos, por ejemplo, los antis se quejan de la invasión de costumbres "hispanas". Y quieren prohibir esta tauromaquia.

En países hispanos también quieren prohibir la corrida sin muerte ¡incluso están disconformes con su celebración en Estados Unidos!

Moraleja básica: si un anti piensa igual que un taurino, el aficionado está equivocado.

¿Qué tienen en común un "babyboom" de los sesenta y un "Milenial" que comparten su afición por los toros?

Muchas cosas han cambiado, pero ¿qué comparte un español nacido en los sesenta con otro nacido en el año 2000 para ser aficionados a los toros?

Conozco aficionados que entraron por primera vez a una corrida de toros porque no había muerte en la plaza. Pero después de conocer de qué iba esto, ya solo van a corridas completas.

Una diferencia entre un chico nacido a patir del 2.000 es que muy probablemente este nuncha haya matado a un animal para comérselo, ni haya visto matarlo.

A los toros cada generación llega por distintos motivos. En los años 40 la afición se creaba por ciertas normas; en los cincuenta, fueron otras; cambiaron en los setenta y en los ochenta. Cada "españolito" se hace aficionado a los toros por sus propias razones.

Ha surgido, sin embargo, un abismo. Los jóvenes de hoy, la afición de mañana, no tienen la misma puerta de entrada a los toros que hace cincuenta o veinte años. La sociedad no se ha "destaurinizado" sino que la sociedad, el personal, ha perdido contacto real, directo con la naturaleza, con los animales.

¿Cuántos veinteañeros hoy han matado un animal para alimentarse? ¿Cuántos han echado granos a las gallinas? ¿Cuántos han tocado con su mano a una vaca lechera o a una mula? La lista de lazos directos y contacto regular de la gente con animales ha sido una puerta de acceso a la tauromaquia. Estas puertas no es que se hayan cerrado, es que no existen para los jóvenes de hoy ¡no digamos para los niños!

Entretanto han aparecido los antis con su falsa mercancía: un sentimentalismo común compartido por bestias y personas. Y este mensaje ha calado, ha conectado con el público a través del "dolor". Porque -los animalistan dicen- si los animales sienten, entonces los animales son iguales a las personas, y este es un principio casi religioso para ellos.

Los nacidos en los años noventa que ingresen en las filas de los aficionados lo harán por otras puertas distintas a las de otras generaciones.

¿Qué motiva a los nacidos en 1990 para sacudirse la influencia antitaurina y acudir a los toros?