Respuesta a Los Toros Today
Publicado: Sab Jul 20, 2019 12:30 pm
En respuesta al siguiente tuit de Los Toros Todayhttps://twitter.com/lostorostoday
https://twitter.com/lostorostoday/statu ... 5257062400
Prohibir es una tendencia en boga de agudo carácter totalitario; la prohibición primero es vertical, se hace de arriba abajo; y segundo, del poderoso -claro está- al humilde, al sencillo.
Funciona también la prohibición para que el poderoso, en tercer lugar, la tenga como herramienta -como otra cualquiera- para obrar a su antojo.
Para remate, el señorito, el potentado con mando en plaza para prohibir se saca de la manga una carta trucada, se inventa el "prohibido prohibir" para esconder su cara oculta, su lado oscuro, totalitario.
¡Alto! No contaminarse como aficionado de la tendencia prohibicionista.
Ya se ha dicho en este foro: si un aficionado coincide en algo con los animalistas, el aficionado está equivocado. Y sirva este ejemplo para matar dos pájaros de un tiro.
Los animalistas están empeñados en prohibir los toros en todas sus manifestaciones incluyendo las becerradas. Para sus propósitos los animalistas manipulan fotografías, sentimientos, y lo que consideren adecuado para lograr sus fines. Esta enfervorizada labor propagandística a veces contamina otros ámbitos, como en este caso.
Una potente cuenta taurina se declara partidaria de "hacer algo" con las becerradas de los mozos porque a veces aquello termina o se desarrolla de cualquier manera. Ese hacer algo encuentra su eco en "prohibir"
"¿Nos queda algo de decencia y de respeto por esto del toreo?" Claman "lostorostoday" heridos en el orgullo.
En primer lugar digamos, para ir terminando, que los aficionados atesoramos más decencia que los colectivos animalistas. Punto. En segundo lugar, las becerradas tradicionales de empresas, instituciones, o de los mozos de los pueblos, pueden adaptarse mejor a su cometido inicial de expandir la tauromaquia invitando como "directores de espectáculo" a alumnos aventajados de las escuelas taurinas o a aficionados prácticos, y pongo solo dos ejemplos que podrían ser muchos, para dirigir o ejecutar las suertes más complejas, como sería banderillear o la suerte suprema.
¿Prohibir? No entremos en el juego de los animalistas y de los antitaurinos. Evolucionar.
Y lo dicho, si un aficionado coincide con un animalista, el aficionado está en el lugar equivocado.
Prohibir es una tendencia en boga de agudo carácter totalitario; la prohibición primero es vertical, se hace de arriba abajo; y segundo, del poderoso -claro está- al humilde, al sencillo.
Funciona también la prohibición para que el poderoso, en tercer lugar, la tenga como herramienta -como otra cualquiera- para obrar a su antojo.
Para remate, el señorito, el potentado con mando en plaza para prohibir se saca de la manga una carta trucada, se inventa el "prohibido prohibir" para esconder su cara oculta, su lado oscuro, totalitario.
¡Alto! No contaminarse como aficionado de la tendencia prohibicionista.
Ya se ha dicho en este foro: si un aficionado coincide en algo con los animalistas, el aficionado está equivocado. Y sirva este ejemplo para matar dos pájaros de un tiro.
Los animalistas están empeñados en prohibir los toros en todas sus manifestaciones incluyendo las becerradas. Para sus propósitos los animalistas manipulan fotografías, sentimientos, y lo que consideren adecuado para lograr sus fines. Esta enfervorizada labor propagandística a veces contamina otros ámbitos, como en este caso.
Una potente cuenta taurina se declara partidaria de "hacer algo" con las becerradas de los mozos porque a veces aquello termina o se desarrolla de cualquier manera. Ese hacer algo encuentra su eco en "prohibir"
"¿Nos queda algo de decencia y de respeto por esto del toreo?" Claman "lostorostoday" heridos en el orgullo.
En primer lugar digamos, para ir terminando, que los aficionados atesoramos más decencia que los colectivos animalistas. Punto. En segundo lugar, las becerradas tradicionales de empresas, instituciones, o de los mozos de los pueblos, pueden adaptarse mejor a su cometido inicial de expandir la tauromaquia invitando como "directores de espectáculo" a alumnos aventajados de las escuelas taurinas o a aficionados prácticos, y pongo solo dos ejemplos que podrían ser muchos, para dirigir o ejecutar las suertes más complejas, como sería banderillear o la suerte suprema.
¿Prohibir? No entremos en el juego de los animalistas y de los antitaurinos. Evolucionar.
Y lo dicho, si un aficionado coincide con un animalista, el aficionado está en el lugar equivocado.