De cómo el sector taurino tira a la papelera 50 millones de euros por temporada
Publicado: Dom Nov 24, 2024 1:27 pm
De cómo el sector taurino tira a la papelera 50 millones de euros por temporada
El sector taurino español enfrenta un desafío económico importante al no aceptar partes significativas de los diversos estamentos de la tauromaquia modalidades de corrida de toros o novilladas sin sangre ni muerte, como sí explotan en Portugal, Estados Unidos y Canadá.
Se estima que existe un mercado potencial de un millón de entradas anuales para turistas que, aunque interesados en la tauromaquia, no están preparados para asumir el combate real inherente a las corridas tradicionales.
Con un precio promedio de 50 euros por entrada, esto representaría ingresos adicionales de 50 millones de euros por temporada. Bien, imaginemos que son 500.000 espectadores potenciales, serían 25 millones de euros para ganaderos, toreros, novilleros, empresarios, etc. Una jugosa cantidad ¿o no?
En países como Portugal, las corridas de toros se realizan sin la muerte del animal en la plaza. Esta modalidad ha permitido mantener la tradición taurina abierta y adaptada a sensibilidades contemporáneas que pueden viajar miles de kilómetros; este nuevo público ya no recuerda que su abuelo hacía la matanza del cerdo por San Martín.
De manera similar, en algunas regiones de Estados Unidos y Canadá, comunidades anglosajonas muy ligadas a los trabajos de la tierra y la ganadería; lo mismo que comunidades de origen hispanoportugués han implementado corridas sin sangre, utilizando banderillas con velcro en lugar de arpones, evitando así una parte del espectáculo que el público de allí no está preparado para comprender.
La implementación de corridas sin sangre en España podría atraer a un segmento de turistas que actualmente evita estos eventos dado que no están preparados para un espectáculo "de verdad". Además, ofrecer espectáculos más alineados con las sensibilidades modernas podría revitalizar la industria taurina, que ha experimentado una disminución en la asistencia en los últimos años.
¿Quién no ve una oportunidad de trasvase de público de los espectáculos sin sangre a la corrida de verdad, auténtica, a la lucha real entre un hombre y un toro?
¿Quién no ve una oportunidad de trasvase de público de los espectáculos sin sangre a la corrida de verdad, auténtica, a la lucha real entre un hombre y un toro? La adaptación podría ser una estrategia viable para asegurar la sostenibilidad económica y cultural de las corridas de toros en el siglo XXI.
La clave está en ver las corridas sin sangre como una oportunidad, no como una amenaza. Con estrategias adecuadas, podrían ser un paso para fortalecer la tauromaquia en el siglo XXI, atrayendo nuevos públicos y consolidando una industria que ha experimentado una disminución en la asistencia en los últimos años.
En definitiva, la adaptación podría ser una estrategia viable para asegurar la sostenibilidad económica y cultural de las corridas de toros en el siglo XXI. Imagina un río anual de 20, 30 o 50 millones de euros para empresarios, toreros, novilleros, ganaderos, etc. ¿Acaso no es un buen panorama?
El sector taurino español enfrenta un desafío económico importante al no aceptar partes significativas de los diversos estamentos de la tauromaquia modalidades de corrida de toros o novilladas sin sangre ni muerte, como sí explotan en Portugal, Estados Unidos y Canadá.
Se estima que existe un mercado potencial de un millón de entradas anuales para turistas que, aunque interesados en la tauromaquia, no están preparados para asumir el combate real inherente a las corridas tradicionales.
Con un precio promedio de 50 euros por entrada, esto representaría ingresos adicionales de 50 millones de euros por temporada. Bien, imaginemos que son 500.000 espectadores potenciales, serían 25 millones de euros para ganaderos, toreros, novilleros, empresarios, etc. Una jugosa cantidad ¿o no?
En países como Portugal, las corridas de toros se realizan sin la muerte del animal en la plaza. Esta modalidad ha permitido mantener la tradición taurina abierta y adaptada a sensibilidades contemporáneas que pueden viajar miles de kilómetros; este nuevo público ya no recuerda que su abuelo hacía la matanza del cerdo por San Martín.
De manera similar, en algunas regiones de Estados Unidos y Canadá, comunidades anglosajonas muy ligadas a los trabajos de la tierra y la ganadería; lo mismo que comunidades de origen hispanoportugués han implementado corridas sin sangre, utilizando banderillas con velcro en lugar de arpones, evitando así una parte del espectáculo que el público de allí no está preparado para comprender.
La implementación de corridas sin sangre en España podría atraer a un segmento de turistas que actualmente evita estos eventos dado que no están preparados para un espectáculo "de verdad". Además, ofrecer espectáculos más alineados con las sensibilidades modernas podría revitalizar la industria taurina, que ha experimentado una disminución en la asistencia en los últimos años.
¿Quién no ve una oportunidad de trasvase de público de los espectáculos sin sangre a la corrida de verdad, auténtica, a la lucha real entre un hombre y un toro?
¿Quién no ve una oportunidad de trasvase de público de los espectáculos sin sangre a la corrida de verdad, auténtica, a la lucha real entre un hombre y un toro? La adaptación podría ser una estrategia viable para asegurar la sostenibilidad económica y cultural de las corridas de toros en el siglo XXI.
La clave está en ver las corridas sin sangre como una oportunidad, no como una amenaza. Con estrategias adecuadas, podrían ser un paso para fortalecer la tauromaquia en el siglo XXI, atrayendo nuevos públicos y consolidando una industria que ha experimentado una disminución en la asistencia en los últimos años.
En definitiva, la adaptación podría ser una estrategia viable para asegurar la sostenibilidad económica y cultural de las corridas de toros en el siglo XXI. Imagina un río anual de 20, 30 o 50 millones de euros para empresarios, toreros, novilleros, ganaderos, etc. ¿Acaso no es un buen panorama?