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Cárceles como solución: la vida de las ancianas japonesas sin recursos

La soledad y la precariedad de los mayores en Japón está llevando a un fenómeno alarmante: algunas mujeres ancianas cometen delitos menores para ingresar en prisión. En un país con una de las tasas de envejecimiento más altas del mundo, muchas pensionistas enfrentan pensiones insuficientes y aislamiento social.

En las cárceles, estas mujeres encuentran algo que fuera les falta: comida regular, atención médica gratuita y un entorno estable. Según un empleado de una prisión femenina en el norte de Tokio, hay reclusas dispuestas a pagar por quedarse allí indefinidamente, ante la imposibilidad de mantener una vida digna fuera.

El aumento de las reclusas mayores ha sido significativo. Entre 2003 y 2022, el número de mujeres de 65 años o más en prisión se cuadruplicó, reflejando una sociedad que no está preparada para cubrir las necesidades de sus ancianos más vulnerables.

Es increíble pensar que la cárcel pueda ser más atractiva que el hogar. Quizá el problema no es la soledad de ellas, sino el abandono de la sociedad.

No sé qué es peor, que el sistema no alcance para sostenerlas o que prefieran la vida en prisión. Una tragedia silenciosa en un país tan desarrollado.

Japón, un gigante económico, pero parece que no invierte en dignidad para sus mayores. Esto debería hacer reflexionar al mundo entero.

No entiendo cómo la gente de a pie no organiza redes de apoyo para estas mujeres. ¿Dónde están las comunidades solidarias?

A veces, el primer mundo también tiene su lado oscuro. Esto debería estar en la agenda social y política de inmediato.

Este es un ejemplo perfecto de cómo el bienestar económico no significa bienestar social. Japón necesita cambiar su perspectiva.

Qué triste es que una generación que construyó tanto ahora termine en estas condiciones. ¿Esto también es cultura del sacrificio?

Parece que el problema no es solo japonés. En cualquier país con envejecimiento poblacional esto puede pasar si no hay prevención.

Este tema debería ser una alerta global. Lo que ocurre en Japón puede ser un espejo para otros países en el futuro.