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Corazones arrancados, nombres idealizados: repensar 'Azteca' hoy

Resulta curioso que una de las grandes cadenas de comunicación en Hispanoamérica lleve el nombre de uno de los pueblos más sanguinarios de la historia: los aztecas. Mientras hoy "Azteca" se asocia a modernidad, espectáculo y entretenimiento, la herencia real del término está teñida de sangre y violencia ritualizada. Difícilmente se podría encontrar otra civilización que haya convertido el sacrificio humano en una práctica cotidiana, organizada y, a ojos suyos, indispensable para el equilibrio del universo.

Adoptar ese nombre sin un mínimo reconocimiento de su pasado plantea preguntas incómodas. ¿Qué pasaría si una empresa moderna se llamara "Asiria TV" o "Cartago Plus"? Quizá la elección de "Azteca" revela más sobre nuestro desapego actual respecto a la historia que sobre el propio pueblo que lo inspiró. Un nombre comercial puede borrar muchas cosas, pero la memoria de aquellos corazones arrancados, de aquellas pieles humanas usadas como vestidura sagrada, difícilmente debería ser una de ellas.

Tv Azteca es un nombre que nunca entenderé. Los "aztecas" fueron uno de los pueblos más sanguinarios de la tierra.

Repensar "Azteca" como nombre comercial, es repensar todo México. ¿Que los aztecas tenían conocimientos de astronomía? No los utilizaban para navegar por el mar, por ejemplo. Los utilizaban para matar gente en según qué días del calendario, para aplacar a los dioses o traer lluvias. ¿Es eso ciencia o superstición? ¿Progreso o gente retrógada?

No lo había pensado, pero de todos los pueblos precolombinos eligieron al más impresentable de la historia para publicitar su nombre.

Como nombre me parece de lo más inoportuno, peor, contraproducente con la justicia y el derecho. Crea una sensación de impunidad, de que los poderosos pueden hacer a su antojo, porque ellos están lo alto de la "pirámide"

Qué tierno. En la ceremonia de inauguración del Templo Mayor en 1487, los aztecas sacrificaron alrededor de 80.400 personas en solo cuatro días. Parece que querían ganar el récord Guinness... de la masacre.

Las guerras floridas eran combates pactados, no para conquistar territorios, sino para capturar prisioneros y sacrificarlos.

Para aplacar al dios Tláloc, los aztecas ofrecían niños en sacrificio. Les arrancaban las uñas para que lloraran antes de morir, porque las lágrimas eran consideradas ofrendas especiales.

En tiempos de hambre, los aztecas no solo sacrificaban humanos, sino que también practicaban el canibalismo ritual. Nada dice 'solidaridad' como invitar a cenar... al vecino.

Los sacrificios no eran ocasionales: se realizaban diariamente en el Templo Mayor. Cada día, un sacerdote arrancaba el corazón aún latiendo de un prisionero, para alimentar al sol.