Dos orejas de ley para el segundo de Morante de La Puebla en La Maestranza
Publicado: Jue May 01, 2025 10:52 pm
Dos orejas de ley para el segundo de Morante de La Puebla en La Maestranza
En el primero Morante tenía la oreja en el portante, pero el toro se movió y no mató a la primera; fue con descabello fulminante. En el segundo fue la espada, y la sorpresa general para todos con unos lances de capa a una mano. Lances que centraron y encelaron al toro; que descubrieron para el público la calidad oculta de un toro distraído y huidizo de salida. Y que luego en la faena un Morante con muchísimas ganas terminó de exprimir lo que tenía el toro. Las redes protestan la segunda oreja en una corrida televisada. Las redes se equivocan.
Juan Ortega saludó en cada toro; mientras que Pablo Aguado, saludos y silencio dejaron una tarde con sabor a toreo clásico enmarcado por el torero que otra vez mereció por la Puerta del Príncipe. ¿Qué pasó? Que en el crítico momento, cuando el torero enfila lanzándose tras la espada, el toro se movió en un extraño y pinchó. Esto no debería malbaratar una faena.
La espada es labor del carnicero. No del maestro.
En el primero Morante tenía la oreja en el portante, pero el toro se movió y no mató a la primera; fue con descabello fulminante. En el segundo fue la espada, y la sorpresa general para todos con unos lances de capa a una mano. Lances que centraron y encelaron al toro; que descubrieron para el público la calidad oculta de un toro distraído y huidizo de salida. Y que luego en la faena un Morante con muchísimas ganas terminó de exprimir lo que tenía el toro. Las redes protestan la segunda oreja en una corrida televisada. Las redes se equivocan.
Juan Ortega saludó en cada toro; mientras que Pablo Aguado, saludos y silencio dejaron una tarde con sabor a toreo clásico enmarcado por el torero que otra vez mereció por la Puerta del Príncipe. ¿Qué pasó? Que en el crítico momento, cuando el torero enfila lanzándose tras la espada, el toro se movió en un extraño y pinchó. Esto no debería malbaratar una faena.
La espada es labor del carnicero. No del maestro.