Alternativa de Vicente Punzón y la pelea a puñetazos en el ruedo entre Camino y El Cordobés
Publicado: Vie May 02, 2025 11:39 pm
Alternativa de Vicente Punzón y la pelea a puñetazos en el ruedo entre Camino y El Cordobés
El 1 de mayo de 1965, la plaza de toros de Aranjuez, Madrid, fue escenario de un evento taurino que pasó a la historia no solo por la alternativa de Vicente Punzón, sino por el escandaloso enfrentamiento entre dos gigantes del toreo: Paco Camino y Manuel Benítez “El Cordobés”. En la pelea a puñetazos intervinieron también las cuadrillas de estos dos matadores, los más elevados en el escalafón de la época.
Contexto del evento
La corrida, celebrada ante un lleno total, marcaba la alternativa de Vicente Punzón, un joven torero toledano que ascendía a matador de toros. La ceremonia contó con Paco Camino como padrino y El Cordobés como testigo, dos figuras de primera línea cuyas personalidades opuestas —el clasicismo de Camino frente al espectáculo populista de El Cordobés— ya generaban fricciones. Los toros eran de la ganadería de Bernardino Jiménez, y el ambiente, bajo un cielo encapotado, presagiaba tormenta, tanto literal como figurada.
El “insólito incidente”
El punto de inflexión llegó durante el quinto toro de la tarde, asignado a El Cordobés. Según las crónicas, Paco Camino realizó un quite (una intervención para distraer al toro) que, aunque habitual en el toreo, fue interpretado como una provocación o un intento de eclipsar al testigo. Esto desató una discusión acalorada en el callejón que rápidamente escaló a un altercado físico. En un espectáculo inaudito, Camino y El Cordobés intercambiaron golpes en plena plaza, dejando atónitos a los espectadores.
El público, dividido, reaccionó con una mezcla de abucheos y apoyos. Muchos se alinearon con Camino, cuya técnica pura contrastaba con el estilo excéntrico de El Cordobés, a menudo criticado por los puristas. El incidente, descrito por ABC como un “motín de Aranjuez”, convirtió la corrida en un caos que amenazó con opacar la alternativa de Punzón.
El papel de Vicente Punzón y el brindis
En medio del escándalo, Vicente Punzón, el torero más joven y menos experimentado, demostró una madurez sorprendente. Al llegar el turno del sexto toro, el suyo, decidió tomar las riendas para calmar los ánimos. En un gesto valiente y diplomático, brindó el toro a ambos matadores, Camino y El Cordobés, obligándolos a salir al ruedo. Allí, Punzón les instó a darse un apretón de manos, un acto que selló una reconciliación pública, aunque probablemente temporal. Algunas crónicas, como la de ABC, bautizaron este momento como el “abrazo de Vergara”, en alusión a un pacto histórico español, mientras que otras ironizaron: “En el ruedo se torea, y en la plaza se boxea”.
Punzón no solo destacó por su gesto conciliador, sino también por su actuación en el ruedo. Cortó la única oreja de la tarde, un logro notable en una jornada tan convulsa, demostrando su temple y calidad como torero.
Repercusiones y legado
El incidente de Aranjuez se convirtió en una anécdota legendaria del toreo, eclipsando en gran medida el debut de Punzón como matador. Las crónicas de la época, especialmente en ABC, se centraron en el “motín” y la rivalidad entre Camino y El Cordobés, cuyas diferencias reflejaban tensiones culturales en la España de los años 60: la tradición frente a la modernidad. El enfrentamiento físico fue un escándalo que alimentó titulares y debates, pero también consolidó la fama de ambos toreros.
Para Vicente Punzón, la jornada fue agridulce. Aunque su actuación fue elogiada y su gesto de mediación le valió respeto, la atención mediática se centró en el altercado. Punzón continuó su carrera con éxito relativo, pero sufrió graves cornadas, como una en Las Ventas que le dañó la arteria femoral. Se retiró en los años 70 y falleció en 2009.
El 1 de mayo de 1965, la plaza de toros de Aranjuez, Madrid, fue escenario de un evento taurino que pasó a la historia no solo por la alternativa de Vicente Punzón, sino por el escandaloso enfrentamiento entre dos gigantes del toreo: Paco Camino y Manuel Benítez “El Cordobés”. En la pelea a puñetazos intervinieron también las cuadrillas de estos dos matadores, los más elevados en el escalafón de la época.
Contexto del evento
La corrida, celebrada ante un lleno total, marcaba la alternativa de Vicente Punzón, un joven torero toledano que ascendía a matador de toros. La ceremonia contó con Paco Camino como padrino y El Cordobés como testigo, dos figuras de primera línea cuyas personalidades opuestas —el clasicismo de Camino frente al espectáculo populista de El Cordobés— ya generaban fricciones. Los toros eran de la ganadería de Bernardino Jiménez, y el ambiente, bajo un cielo encapotado, presagiaba tormenta, tanto literal como figurada.
El “insólito incidente”
El punto de inflexión llegó durante el quinto toro de la tarde, asignado a El Cordobés. Según las crónicas, Paco Camino realizó un quite (una intervención para distraer al toro) que, aunque habitual en el toreo, fue interpretado como una provocación o un intento de eclipsar al testigo. Esto desató una discusión acalorada en el callejón que rápidamente escaló a un altercado físico. En un espectáculo inaudito, Camino y El Cordobés intercambiaron golpes en plena plaza, dejando atónitos a los espectadores.
El público, dividido, reaccionó con una mezcla de abucheos y apoyos. Muchos se alinearon con Camino, cuya técnica pura contrastaba con el estilo excéntrico de El Cordobés, a menudo criticado por los puristas. El incidente, descrito por ABC como un “motín de Aranjuez”, convirtió la corrida en un caos que amenazó con opacar la alternativa de Punzón.
El papel de Vicente Punzón y el brindis
En medio del escándalo, Vicente Punzón, el torero más joven y menos experimentado, demostró una madurez sorprendente. Al llegar el turno del sexto toro, el suyo, decidió tomar las riendas para calmar los ánimos. En un gesto valiente y diplomático, brindó el toro a ambos matadores, Camino y El Cordobés, obligándolos a salir al ruedo. Allí, Punzón les instó a darse un apretón de manos, un acto que selló una reconciliación pública, aunque probablemente temporal. Algunas crónicas, como la de ABC, bautizaron este momento como el “abrazo de Vergara”, en alusión a un pacto histórico español, mientras que otras ironizaron: “En el ruedo se torea, y en la plaza se boxea”.
Punzón no solo destacó por su gesto conciliador, sino también por su actuación en el ruedo. Cortó la única oreja de la tarde, un logro notable en una jornada tan convulsa, demostrando su temple y calidad como torero.
Repercusiones y legado
El incidente de Aranjuez se convirtió en una anécdota legendaria del toreo, eclipsando en gran medida el debut de Punzón como matador. Las crónicas de la época, especialmente en ABC, se centraron en el “motín” y la rivalidad entre Camino y El Cordobés, cuyas diferencias reflejaban tensiones culturales en la España de los años 60: la tradición frente a la modernidad. El enfrentamiento físico fue un escándalo que alimentó titulares y debates, pero también consolidó la fama de ambos toreros.
Para Vicente Punzón, la jornada fue agridulce. Aunque su actuación fue elogiada y su gesto de mediación le valió respeto, la atención mediática se centró en el altercado. Punzón continuó su carrera con éxito relativo, pero sufrió graves cornadas, como una en Las Ventas que le dañó la arteria femoral. Se retiró en los años 70 y falleció en 2009.