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Los animalistas comen animales y matan animales para comer

No te engañes: no todos los animalistas son veganos. Muchos devoran carne, pescado, huevos y leche sin pestañear. Y, ojo, hasta los más "puros" tienen las manos manchadas de sangre: la agricultura que provee sus verduras mata millones de animales, desde bichos hasta vertebrados. Nadie escapa de esa verdad incómoda.

Lo que es de traca es ver a los que gritan "asesino" en la puerta de una plaza con las botas manchadas de ternera del McMenú. Menos moralismo barato y más coherencia, por favor.

A los lechugarios se les olvida que para plantar su rúcula han arrasado el hábitat de miles de animales. Pero claro, si no sangra, no cuenta. Hipocresía 100 % ecológica.

Esta imagen que subo aquí muestra cómo es la naturaleza. Pues lo mismo son las personas, incluyendo los veganos. Ustedes veganos no lo verán; pero conejos y liebres deben morir, como en el vídeo, para que tengáis lechugas y zanahorias sanas.

Los animalistas saben que para comer hay que matar animales; y ellos los matan también; algunos directamente; otros encargan que los matarifes les preparen sus platos. Y todos saben que para cultivar frutas, verduras y hortalizas hay que limpiar los campos, hay que matar muchos miles de animales

La ética selectiva es muy cómoda: se rasgan las vestiduras por un toro, pero ignoran la matanza invisible de la agricultura industrial. Les falta lectura y les sobra postureo.

Los animalistas deberían compartirnos sus recetas: conejo con zanahoria y otras verduritas y kiwi de postre.

Los animalistas saben cómo mueren los animales en los mataderos, pero siguen comiendo carne tan campantes, son unos hipócritas. Y saben cómo mueren en el campo matándose entre ellos. Pero les da igual.

No es lo mismo matar un toro en el ruedo que aplastar con el tractor a un conejo en el bancal… pero el conejo está igual de muerto. Lo demás es sentimentalismo de serie de Netflix.

Lo de “yo solo como huevos de gallinas felices” es tan absurdo como decir “yo solo viajo en coches que no atropellan hormigas”. El mundo real es más sucio de lo que quieren aceptar. ¡Buenos días!