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El machismo de Ruiz y la sumisión de Pérez Santaolalla

La joven comentarista del programa de Javier Ruiz, Mañaneros, ha arrancado fuerte la temporada ¿cómo de fuerte? llamando idiotas a más de media España. ¿Qué ha pasado? Esta es mi interpretación.

Su jefe, Javier Ruiz, le ha pedido un arranque potentísimo, atómico, suficiente como para llenar de likes y clicados las redes sociales durante horas. Pérez Santaolalla ha hecho el esfuerzo y habrá presentado dos o tres propuestas con fuerza suficiente para dar el bombazo de regreso y hacer hervir las redes. Su jefe ha elegido esta: insultar a la gran mayoría de los españoles.

Y esta actitud de su jefe es de un machismo escandaloso. Porque ha preferido el insulto bruto al talento; el puñetazo a la reflexión. Y este papel "subalterno", el insultar para empezar, se lo ha dejado a la mujer de su programa. MAL.

Seguro que Pérez Santaolalla, Sara, sabe cómo calentar el fin del verano de otra manera más sofisticada, más intelectual incluso, mejor valorada. Ruiz, como machista, ha preferido ponerla por debajo. MAL.

Lo peor no es que insulten a media España, sino que el director del programa piense que ese es el papel que debe tener su colaboradora: la de soltar el exabrupto en vez de pensar.

Esto tiene nombre: machismo progresista. Presumen de feminismo, pero ponen a la mujer en la trinchera del insulto mientras el hombre queda como estratega listo.

Javier Ruiz sabe que habla en su programa para "proyectos de Ábalos" para "futuros Cerdán" porque el que escucha sus programas, en tve y en otras cadenas -donde le echaron por mala audiencia- su espectador es un socialista que admira a los que están por encima de él en el escalafón socialista. Ábalos rodeado de mujeres; Koldo, socialista sin oficio, manejando pasta; estos son los ídolos del espectador de Javier Ruiz. Y Javier Ruiz sabe que tiene que mostrarse en la tv como macho alfa (además es novio de, pareja de, o como se diga)

Ruiz sabe muy bien que el zarpazo da ruido y titulares. Pero en lugar de asumirlo él, se lo encarga a la joven colaboradora. Eso es de cobarde y de machista disfrazado de moderno.

Sarah Santaolalla pegando carteles de Sánchez. Foto regalada por socialistas arrepentidos.

Sarah Pérez Santaolalla, o Sarah Santaolalla no tiene nivel para ocupar el puesto en el que está. Aquí la vemos recibir un zasca rotundo, contundente y pleno por parte de una periodista que quita la risa a la antedicha y hace reír o ruborizar al espectador.

Recuerda mucho al caso Ábalos, que vendía igualdad en sus discursos y trataba a sus propias compañeras de partido como comparsas. El socialismo patrio nunca ha dejado de ser paternalista o muy machista.

Creo que la inteligencia de Sara Santaolalla no da más de sí. Se hizo militante de los socialistas, probablemente muy bien aconsejada por su entorno. ¿Esta chica piensa o embiste?

Lo de Pérez Santaolalla es triste: su talento desaprovechado para cumplir el guion de insultar a los votantes de PP y Vox. ¿Eso es periodismo crítico o solo sumisión televisiva?