Ve pensando, y ahorrando, porque antes de dos años comprarás un robot
Publicado: Mar Oct 28, 2025 11:18 am
Ve pensando, y ahorrando, porque antes de dos años comprarás un robot
Por el precio de una bicicleta cara (6.000 euros) es posible que antes de dos años puedas comprar un robot "con patas" que haga las tareas de tu casa, de tu jardín, o te haga pequeñas reparaciones de tu coche o de tu bici. En Estados Unidos todo va más acelerado, y en este momento causa furor el "AI Job Stealer": la inteligencia artificial que crea desempleados a millones.
Nueva York, octubre de 2025. En un café de Brooklyn, Sarah, una diseñadora gráfica de 32 años, revisa su LinkedIn mientras sorbe un latte de $7. El "AI Job Stealer" no es un villano de película; es Midjourney, que en seis meses le robó tres contratos freelance. Desde el viejo mundo hasta el nuevo, el furor cruza océanos: en EE.UU., ya se habla de humanoides por 6.000 dólares, como un gadget imprescindible que redefine el día a día.
Robot chino de la marca Unitree adaptado para un centenar de actividades, ampliable A 3.000 kilómetros, en Detroit, Mike apaga la alarma a las 6 a.m. Como mecánico en una planta de Ford, su rutina era predecible: turnos de 10 horas, cerveza con los chicos los viernes. Pero desde que ChatGPT optimizó los diagnósticos, su jefe menciona "Optimus" –el humanoide de Tesla que promete llegar en lotes de miles para 2026. Mike bromea: "Mi nuevo compañero no toma breaks ni quejas sindicales". En la América obrera, el stealer no toca la puerta; se integra al equipo.
Silicon Valley, donde el sol se pone sobre hoodies de $200. Aquí, "The AI Job Stealer" es un aliado disfrazado. En las oficinas de Google, ingenieros como Raj celebran: la IA acelera prototipos, elevando salarios un 2x en sectores expuestos. Pero en el estacionamiento, un guardia de seguridad –reemplazado por drones– carga su pickup rumbo a un motel. La brecha se ensancha: para unos, el futuro es un Tesla con robot al volante; para otros, la carta del finiquito.
Imagina junio de 2026: menos de 12 meses desde hoy. En Los Ángeles, el primer Optimus llega a hogares beta-testers. No es un juguete; por 6.000 dólares, dobla ropa, cocina tacos y vigila niños mientras los padres escrolan TikTok. El mercado humanoide explota a $3 mil millones anuales, como los Vehículos Eléctricos en 2015. La vida diaria? Desayunos servidos por un androide que susurra chistes de caballos o de toros, liberando horas para... ¿qué? Netflix, o pánico por el próximo despido.
En las calles de Chicago, la desigualdad se materializa en concreto. Latifah, barista en una cadena, ve cómo un robot-barman de Boston Dynamics mezcla lattes en 30 segundos. "Mi sonrisa es lo que pagan", dice, pero el stealer no sonríe; solo produce.
Predicciones: El 30% de los trabajadores temen obsolescencia para 2025. En EE.UU., el día a día pasa de “de la cultura del ajetreo a la cultura de ‘recíclate o te oxidas’”: cursos gratuitos en Coursera, pero ¿quién paga la renta mientras tanto?
Febrero de 2027: 18 meses adelante. Robots humanoides en El Corte Inglés como Vehículos Eléctricos en el concesionario. ¿Precio? 4.000 dólares, financiado en 36 meses. Familias de clase media en Atlanta los adoptan: "Optimus lava, yo Netflix". El consumo diario se transforma; Amazon entrega con drones, y robots limpian el garaje. Pero en las colas del paro, "The AI Job Stealer" es el fantasma: la industria manufacturera pierde 2 millones de puestos, empujando al trabajo precario y temporal extremo.
No todo es distopía. En Austin, Texas, un festival de IA rebautiza el stealer como "El Liberador". Jóvenes como Zoe, ex-contadora, usan robots para tareas mundanas y pivotan a arte generativo. La vida americana, siempre reinventándose: de vaqueros a coders, ahora a "prompt engineers". Salarios suben en el cluster de la Inteligencia Generativa, pero el medio oeste llora: granjas automatizadas que dejan pueblos fantasmas.
Kubota X Tractor manejaro en remoto El pulso social acelera. En redes, #AIGetsMyJob viraliza memes de robots en terapia, procesando el trauma del despido. En Wáshington, debates en el Congreso: ¿impuestos a robots, como propuso Bill Gates? ¿La cotidianidad? Menos tráfico (robots conducen autos y autobuses), más gimnasios (tiempo libre forzado), pero ansiedad crónica: ¿soy reemplazable?
Junio de 2027: 20 meses exactos. Humanoides como Optimus Gen3 en Target, con apps para "personalizar tu misma personalidad". El mercado salta a $15 mil millones para 2030, rivalizando con Vehículos Eléctricos. En Seattle, una familia cena con su robot: aspira datos de hábitos para "mejorar". ¿La intimidad diaria? Cuestionada. ¿Confías en un stealer que sabe tus secretos, o lo apagas por paranoia?
Robot acuático limpieza de ríos y mares Pero el reverso: resiliencia yankee. En Nueva Orleans, comunidades black y latinas forman cooperativas de "humanos primero": jardines urbanos, artesanías anti-IA. El stealer roba jobs, pero no alma. Predicciones estables por ahora –no habrá apocalipsis en 2025–, pero el cambio late. ¿La vida en EE.UU? Un thriller sci-fi donde el héroe no es el robot, sino el adaptador.
En el atardecer de este futuro próximo, desde costas a praderas, "The AI Job Stealer" redefine el americano: más conectado, más precario, más soñador. ¿Utopía o ajetreos 2.0? Solo el tiempo –y quizás un robot– lo dirá. Y tú, ¿ya estás ahorrando para ese compañero metálico?
Por el precio de una bicicleta cara (6.000 euros) es posible que antes de dos años puedas comprar un robot "con patas" que haga las tareas de tu casa, de tu jardín, o te haga pequeñas reparaciones de tu coche o de tu bici. En Estados Unidos todo va más acelerado, y en este momento causa furor el "AI Job Stealer": la inteligencia artificial que crea desempleados a millones.
Nueva York, octubre de 2025. En un café de Brooklyn, Sarah, una diseñadora gráfica de 32 años, revisa su LinkedIn mientras sorbe un latte de $7. El "AI Job Stealer" no es un villano de película; es Midjourney, que en seis meses le robó tres contratos freelance. Desde el viejo mundo hasta el nuevo, el furor cruza océanos: en EE.UU., ya se habla de humanoides por 6.000 dólares, como un gadget imprescindible que redefine el día a día.
Robot chino de la marca Unitree adaptado para un centenar de actividades, ampliable A 3.000 kilómetros, en Detroit, Mike apaga la alarma a las 6 a.m. Como mecánico en una planta de Ford, su rutina era predecible: turnos de 10 horas, cerveza con los chicos los viernes. Pero desde que ChatGPT optimizó los diagnósticos, su jefe menciona "Optimus" –el humanoide de Tesla que promete llegar en lotes de miles para 2026. Mike bromea: "Mi nuevo compañero no toma breaks ni quejas sindicales". En la América obrera, el stealer no toca la puerta; se integra al equipo.
Silicon Valley, donde el sol se pone sobre hoodies de $200. Aquí, "The AI Job Stealer" es un aliado disfrazado. En las oficinas de Google, ingenieros como Raj celebran: la IA acelera prototipos, elevando salarios un 2x en sectores expuestos. Pero en el estacionamiento, un guardia de seguridad –reemplazado por drones– carga su pickup rumbo a un motel. La brecha se ensancha: para unos, el futuro es un Tesla con robot al volante; para otros, la carta del finiquito.
Imagina junio de 2026: menos de 12 meses desde hoy. En Los Ángeles, el primer Optimus llega a hogares beta-testers. No es un juguete; por 6.000 dólares, dobla ropa, cocina tacos y vigila niños mientras los padres escrolan TikTok. El mercado humanoide explota a $3 mil millones anuales, como los Vehículos Eléctricos en 2015. La vida diaria? Desayunos servidos por un androide que susurra chistes de caballos o de toros, liberando horas para... ¿qué? Netflix, o pánico por el próximo despido.
En las calles de Chicago, la desigualdad se materializa en concreto. Latifah, barista en una cadena, ve cómo un robot-barman de Boston Dynamics mezcla lattes en 30 segundos. "Mi sonrisa es lo que pagan", dice, pero el stealer no sonríe; solo produce.
Predicciones: El 30% de los trabajadores temen obsolescencia para 2025. En EE.UU., el día a día pasa de “de la cultura del ajetreo a la cultura de ‘recíclate o te oxidas’”: cursos gratuitos en Coursera, pero ¿quién paga la renta mientras tanto?
Febrero de 2027: 18 meses adelante. Robots humanoides en El Corte Inglés como Vehículos Eléctricos en el concesionario. ¿Precio? 4.000 dólares, financiado en 36 meses. Familias de clase media en Atlanta los adoptan: "Optimus lava, yo Netflix". El consumo diario se transforma; Amazon entrega con drones, y robots limpian el garaje. Pero en las colas del paro, "The AI Job Stealer" es el fantasma: la industria manufacturera pierde 2 millones de puestos, empujando al trabajo precario y temporal extremo.
No todo es distopía. En Austin, Texas, un festival de IA rebautiza el stealer como "El Liberador". Jóvenes como Zoe, ex-contadora, usan robots para tareas mundanas y pivotan a arte generativo. La vida americana, siempre reinventándose: de vaqueros a coders, ahora a "prompt engineers". Salarios suben en el cluster de la Inteligencia Generativa, pero el medio oeste llora: granjas automatizadas que dejan pueblos fantasmas.
Kubota X Tractor manejaro en remoto El pulso social acelera. En redes, #AIGetsMyJob viraliza memes de robots en terapia, procesando el trauma del despido. En Wáshington, debates en el Congreso: ¿impuestos a robots, como propuso Bill Gates? ¿La cotidianidad? Menos tráfico (robots conducen autos y autobuses), más gimnasios (tiempo libre forzado), pero ansiedad crónica: ¿soy reemplazable?
Junio de 2027: 20 meses exactos. Humanoides como Optimus Gen3 en Target, con apps para "personalizar tu misma personalidad". El mercado salta a $15 mil millones para 2030, rivalizando con Vehículos Eléctricos. En Seattle, una familia cena con su robot: aspira datos de hábitos para "mejorar". ¿La intimidad diaria? Cuestionada. ¿Confías en un stealer que sabe tus secretos, o lo apagas por paranoia?
Robot acuático limpieza de ríos y mares Pero el reverso: resiliencia yankee. En Nueva Orleans, comunidades black y latinas forman cooperativas de "humanos primero": jardines urbanos, artesanías anti-IA. El stealer roba jobs, pero no alma. Predicciones estables por ahora –no habrá apocalipsis en 2025–, pero el cambio late. ¿La vida en EE.UU? Un thriller sci-fi donde el héroe no es el robot, sino el adaptador.
En el atardecer de este futuro próximo, desde costas a praderas, "The AI Job Stealer" redefine el americano: más conectado, más precario, más soñador. ¿Utopía o ajetreos 2.0? Solo el tiempo –y quizás un robot– lo dirá. Y tú, ¿ya estás ahorrando para ese compañero metálico?