Robots, despidos y fronteras: la nueva política del trabajo en Estados Unidos
Publicado: Vie Oct 31, 2025 11:09 am
Robots, despidos y fronteras: la nueva política del trabajo en Estados Unidos
Estados Unidos vive una etapa en que tres fuerzas se entrelazan: despidos masivos, automatización y política migratoria restrictiva. Miles de trabajadores son reemplazados por sistemas de inteligencia artificial mientras se refuerza la frontera. No es una casualidad: por primera vez, la tecnología y la migración se combinan como partes de una misma estrategia económica.
La lógica es sencilla: si las máquinas hacen más, el país necesita menos personas. Y si hay menos puestos, los pocos deben parecer “nacionales”. En lugar de reconvertir empleos o formar a los despedidos, se empuja la frustración hacia quienes están en situación irregular. Expulsar inmigrantes se presenta como una forma de proteger el trabajo de los de dentro.
El cálculo político es claro. En medio de la inseguridad económica, el discurso de “defender el empleo americano” da votos. La frontera se convierte en símbolo de orden y orgullo, mientras la automatización avanza sin ruido. Cada robot o algoritmo cumple la misma función que la política migratoria promete: eliminar competencia humana.
El riesgo es evidente: un país con menos trabajos y menos trabajadores. Sin inmigrantes, sectores como la agricultura o la logística se resienten; sin formación digital, los desplazados por la IA no tienen salida. Estados Unidos podría quedar rodeado de muros… y vacío de oportunidades.
Esta mezcla de robots, despidos y deportaciones no es una política laboral, sino una política de sustitución humana. Gana tiempo, pero no resuelve el fondo. Y aunque el discurso suene a orden, lo que viene puede ser una fractura: más cierre, más desigualdad y menos humanidad.
Estados Unidos vive una etapa en que tres fuerzas se entrelazan: despidos masivos, automatización y política migratoria restrictiva. Miles de trabajadores son reemplazados por sistemas de inteligencia artificial mientras se refuerza la frontera. No es una casualidad: por primera vez, la tecnología y la migración se combinan como partes de una misma estrategia económica.
La lógica es sencilla: si las máquinas hacen más, el país necesita menos personas. Y si hay menos puestos, los pocos deben parecer “nacionales”. En lugar de reconvertir empleos o formar a los despedidos, se empuja la frustración hacia quienes están en situación irregular. Expulsar inmigrantes se presenta como una forma de proteger el trabajo de los de dentro.
El cálculo político es claro. En medio de la inseguridad económica, el discurso de “defender el empleo americano” da votos. La frontera se convierte en símbolo de orden y orgullo, mientras la automatización avanza sin ruido. Cada robot o algoritmo cumple la misma función que la política migratoria promete: eliminar competencia humana.
El riesgo es evidente: un país con menos trabajos y menos trabajadores. Sin inmigrantes, sectores como la agricultura o la logística se resienten; sin formación digital, los desplazados por la IA no tienen salida. Estados Unidos podría quedar rodeado de muros… y vacío de oportunidades.
Esta mezcla de robots, despidos y deportaciones no es una política laboral, sino una política de sustitución humana. Gana tiempo, pero no resuelve el fondo. Y aunque el discurso suene a orden, lo que viene puede ser una fractura: más cierre, más desigualdad y menos humanidad.