Las tres cornadas de Sánchez
Publicado: Lun Nov 03, 2025 3:38 pm
Las tres cornadas de Sánchez
La primera cornada se clava en el órgano de la credibilidad, en la zona de la opinión pública, vital para cualquier político.
Un presidente que recurre a más de cincuenta maniobras para no decir la verdad es un presidente en el que no se puede confiar.
Cada “no me consta” amplía la sombra de las dudas razonables que acechan a su entorno. Y cada español que le escuchó decirlo sospechó que mentía.
La segunda cornada hiere el órgano de la autoridad, en la zona de su propia validez como representante de los valores socialistas y de los principios constitucionales.
Un presidente que atenta contra la lógica institucional de la democracia, que exhibe su voluntad de impunidad y desprecia la ética pública más elemental, es un presidente sin autoridad moral.
Y la tercera, ay, la tercera cornada, alcanza el órgano de lo legal, en la zona judicial.
Por mucho que viva al día, el día de mañana existe en los tribunales.
Tras su actuación en el Senado, el presidente es más vulnerable; se ha debilitado y lo sabe.
Es consciente de que han aumentado las probabilidades de terminar siendo interrogado por un juez. Su intento de protegerse en ese ámbito —objetivo estratégico principal de su declaración del jueves pasado— ha fracasado.
Bajo el sanchismo, la inversión de la carga moral se ha convertido en norma. Pero ni siquiera la manipulación del relato podrá evitar que la verdad, cuando empiece a embestir, encuentre carne donde herir.
La primera cornada se clava en el órgano de la credibilidad, en la zona de la opinión pública, vital para cualquier político.
Un presidente que recurre a más de cincuenta maniobras para no decir la verdad es un presidente en el que no se puede confiar.
Cada “no me consta” amplía la sombra de las dudas razonables que acechan a su entorno. Y cada español que le escuchó decirlo sospechó que mentía.
La segunda cornada hiere el órgano de la autoridad, en la zona de su propia validez como representante de los valores socialistas y de los principios constitucionales.
Un presidente que atenta contra la lógica institucional de la democracia, que exhibe su voluntad de impunidad y desprecia la ética pública más elemental, es un presidente sin autoridad moral.
Y la tercera, ay, la tercera cornada, alcanza el órgano de lo legal, en la zona judicial.
Por mucho que viva al día, el día de mañana existe en los tribunales.
Tras su actuación en el Senado, el presidente es más vulnerable; se ha debilitado y lo sabe.
Es consciente de que han aumentado las probabilidades de terminar siendo interrogado por un juez. Su intento de protegerse en ese ámbito —objetivo estratégico principal de su declaración del jueves pasado— ha fracasado.
Bajo el sanchismo, la inversión de la carga moral se ha convertido en norma. Pero ni siquiera la manipulación del relato podrá evitar que la verdad, cuando empiece a embestir, encuentre carne donde herir.