De las cartas remitidas
Publicado: Lun May 20, 2019 11:45 pm
La carta enviada por don Victorino Martín, presidente de la Fundación del Toro de Lidia al candidato Errejón, es lo más parecido a una carta enviada a los Reyes Magos recordando el compromiso de respetar los regalos pedidos puesto que el comportamiento del remitente ha sido bueno.
El candidato en política anda estos días prometiendo lo que quieran oir quienes le escuchan y recitando aquello que sus asesores le han indicado que debe decir.
El presidente en su carta se dirige a un candidato en pleno celo de promesas, dispuesto a llenar la imaginación a quien quiera escucharle. Por este motivo, la carta merece como contestación una buena sarta de promesas.
El presidente de la Fundación del Toro de Lidia debe plantear el debate en lo que tenga escrito el partido que soporta al candidato y los posibles aliados de este. No como un recordatorio de leyes -recuerden que un político las puede cambiar, todas- sino como un recordatorio de que pierde votos.
Como la carta no entra en este espinoso territorio para el político, no deja de ser una carta enviada "al rey mago" a un candidato a quien se reconoce -sin haber ganado las elecciones- como autoridad.
El candidato en política anda estos días prometiendo lo que quieran oir quienes le escuchan y recitando aquello que sus asesores le han indicado que debe decir.
El presidente en su carta se dirige a un candidato en pleno celo de promesas, dispuesto a llenar la imaginación a quien quiera escucharle. Por este motivo, la carta merece como contestación una buena sarta de promesas.
El presidente de la Fundación del Toro de Lidia debe plantear el debate en lo que tenga escrito el partido que soporta al candidato y los posibles aliados de este. No como un recordatorio de leyes -recuerden que un político las puede cambiar, todas- sino como un recordatorio de que pierde votos.
Como la carta no entra en este espinoso territorio para el político, no deja de ser una carta enviada "al rey mago" a un candidato a quien se reconoce -sin haber ganado las elecciones- como autoridad.