Ha fallecido Eduardo Punset, antitaurino irracional, dep
Publicado: Mié May 22, 2019 12:25 pm
Ha fallecido Eduardo Punset, que fue político, pero ahora las necrológicas inciden en que era "divulgador científico". Nació en Tarragona en 1936 y a diferencia de la gran mayoría de los españoles, tuvo el privilegio de realizar el bachillerato en Estados Unidos. De regreso, en Madrid estudió derecho y se afilió en los años más duros del comunismo soviético al Partido Comunista de España, de estricta obediencia a la dictadura del proletariado.
Veinte años después admitió la democracia y el pluripartidismo, aunque nunca exigió elecciones en Cuba, por ejemplo. Fue ministro de Unión de Centro Democrático en los primeros gobiernos constitucionales.
Con la caída del Muro de Berlín y del comunismo abandonó sus veleidades de juventud y apoyó las reformas democráticas en los países de Europa Central, pero permaneció ajeno a la evolución de las ex repúblicas soviéticas o el castrismo.
Unos veinte años después de abandonar la política con el desmoronamiento del partido de Adolfo Suárez, ya en su nueva faceta como "divulgador científico" y definitivamente -años 90- con el nombre cambiado a "Eduard", Punset confirmó otro bandazo.
En el año 2007 firmó un manifiesto por la prohibición de las corridas de toros y el reconocimiento oficial de los derechos de los animales. Así lo exigieron en las Cortes un grupo de políticos residuales del comunismo auto-renombrados Los Verdes y que se decían próximos a los socialistas.
Su labor como divulgador científico terminó sirviendo una fachada para el escritor incansable de libros de superación personal. Títulos como El viaje al amor, Excusas para no pensar, El viaje al poder de la mente, El viaje a la felicidad... y así varias decenas de libros más de esta temática.
Televidente de la ciencia, seguidor de supercherías, escritor de afirmaciones abracadabrantes... en las redes dedicadas a la ciencia como Xataka.com no se ahorran calificativos a una figura que empezó con rigor, y acabó siendo rival del humorista Chiquito de la Calzada, según esta misma web. Eduard Punset se había transformado en un personaje de sí mismo que utilizaba su programa de televisión y los temas que trataba a mayor gloria de sí mismo.
Es triste confirmar en sus últimos años que aquella labor de aproximación a la ciencia se había transformado a partir del año 2000 en una uso parcial y egoísta de la misma, una aproximación entre errática y pintoresca, una vuelta de tuerca entre el ridículo y la cursilada con la cámara enfocando su rostro en primer plano.
Estos libros fueron catalogados por los académicos como "pseudociencia" desde el primer momento, pero parece que Eduard Punset estaba decidido a ganar dinero y hacerse un hueco entre los autores de libros llamados de auto-ayuda.
Y en cuanto a la tauromaquia, el señor Eduardo Punset, o Eduard Punset, como antitaurino, su aportación queda limitada a la participación en "saraos" antitaurinos y animalistas.
Sirva una frase para definir a esta personalidad durante años como divulgador científico: ''No os fiéis de la razón, porque es una mentira, y sí de la emoción''.
Aunque Eduard Punset incitaba a vivir de la emoción, trató su enfermedad con los médicos y especialistas así como con los equipos más avanzados en medicina que la razón humana ha conseguido hasta nuestros días.
Veinte años después admitió la democracia y el pluripartidismo, aunque nunca exigió elecciones en Cuba, por ejemplo. Fue ministro de Unión de Centro Democrático en los primeros gobiernos constitucionales.
Con la caída del Muro de Berlín y del comunismo abandonó sus veleidades de juventud y apoyó las reformas democráticas en los países de Europa Central, pero permaneció ajeno a la evolución de las ex repúblicas soviéticas o el castrismo.
Unos veinte años después de abandonar la política con el desmoronamiento del partido de Adolfo Suárez, ya en su nueva faceta como "divulgador científico" y definitivamente -años 90- con el nombre cambiado a "Eduard", Punset confirmó otro bandazo.
En el año 2007 firmó un manifiesto por la prohibición de las corridas de toros y el reconocimiento oficial de los derechos de los animales. Así lo exigieron en las Cortes un grupo de políticos residuales del comunismo auto-renombrados Los Verdes y que se decían próximos a los socialistas.
Su labor como divulgador científico terminó sirviendo una fachada para el escritor incansable de libros de superación personal. Títulos como El viaje al amor, Excusas para no pensar, El viaje al poder de la mente, El viaje a la felicidad... y así varias decenas de libros más de esta temática.
Televidente de la ciencia, seguidor de supercherías, escritor de afirmaciones abracadabrantes... en las redes dedicadas a la ciencia como Xataka.com no se ahorran calificativos a una figura que empezó con rigor, y acabó siendo rival del humorista Chiquito de la Calzada, según esta misma web. Eduard Punset se había transformado en un personaje de sí mismo que utilizaba su programa de televisión y los temas que trataba a mayor gloria de sí mismo.
Es triste confirmar en sus últimos años que aquella labor de aproximación a la ciencia se había transformado a partir del año 2000 en una uso parcial y egoísta de la misma, una aproximación entre errática y pintoresca, una vuelta de tuerca entre el ridículo y la cursilada con la cámara enfocando su rostro en primer plano.
Estos libros fueron catalogados por los académicos como "pseudociencia" desde el primer momento, pero parece que Eduard Punset estaba decidido a ganar dinero y hacerse un hueco entre los autores de libros llamados de auto-ayuda.
Y en cuanto a la tauromaquia, el señor Eduardo Punset, o Eduard Punset, como antitaurino, su aportación queda limitada a la participación en "saraos" antitaurinos y animalistas.
Sirva una frase para definir a esta personalidad durante años como divulgador científico: ''No os fiéis de la razón, porque es una mentira, y sí de la emoción''.
Aunque Eduard Punset incitaba a vivir de la emoción, trató su enfermedad con los médicos y especialistas así como con los equipos más avanzados en medicina que la razón humana ha conseguido hasta nuestros días.