Foros Toreros

Era más que una cambio en la reforma laboral, aunque fuera un cambio cosmético, superficial, indoloro. Porque en esta "nueva reforma laboral" iba el 'prestigio' de Yolanda Díaz y el 'sillón' de Pedro Sánchez.

El diputado Rufián se encargó de apagar el prestigio de Yolanda Díaz acusándola de presentar la misma ley que hubiera presentado Albert Rivera, el ex líder de Ciudadanos.

Pedro Sánchez a través de Bolaños ha estado tejiendo una mayoría alternativa para "puentear" a Yolanda Díaz y mostrar su capacidad de diálogo y de liderazgo.

Ni lo uno, de Yolanda; ni lo otro, lo de Pedro. La reforma laboral sale adelante como puro maquillaje y dejando un Congreso de los Diputados dañado en su prestigio por lo que hubo antes de la votación y el error en la votación telemática de un diputado del PP.

Primero son los de Ciudadanos los que salvan a Sanchez; luego los de UPN; estos al final los dos es que no; pero va uno del PP y por error, vota: lo del Congreso no es nada serio hoy.

Esto se desvía mucho, hace nada el escándalo de la votación de Las Tanxugueiras; hoy, en el Congreso. Esto se está desviando demasiado y sobrepasando ciertos límites.

El papel de la presidenta del Congreso al servicio de Sánchez es patético. Y la "reforma laboral" irá a los tribunales por el proceso de aprobación... Sánchez está solo, en minoría y en manos de minorías radicalizadas

La peor parte ha sido para Yolanda Díaz, sin duda. Creía la gallega que saldría bajo palio con los separatistas de ERC y los herederos de ETA, los de Bildu; y ha salido con una reforma bajo el brazo que la firmaría Albert Rivera, o Aznar. Yolanda, al borde del Kaputt.

Dos tardes más como esta de la votación de la reforma laboral y se nos queda Yolanda Díaz de poderosa vicepresidenta a candidata a gran hermano o a entrevistas en la telebasura de berlusconi. ¡cuidadín!

Yolanda Díaz ha salvado el cuello, sí; pero lo ha puesto en manos de Pedro Sánchez; acaso esto sea peor. Porque Díaz ha salido vapuleada de sus encuentros con los separatistas vascos y catalanes; vapuelada. Y en el resto de España no ha encontrado aliados, solo a Sánchez para salvar su ley.