Foros Toreros

En un programa de televisón 'Encuentros inesperados' donde acuden personas famosas a hablar un poco de todo, Eduardo Iturralde, Mónica Carrillo, Eduardo Galán y Cristina Cifuentes, en esta edición, Cristina Cifuentes escandalizó a la presentadora.

"Me gusta la tauromaquia, la defiendo por muchos motivos que no voy a explicar ahora, dijo Cristina Cifuentes. Yo voy a las plazas a disfrutar de la corrida, de la fiesta. Pero reconozco que allí, muchas veces, lo paso mal". Esto sorprendió a la presentadora, Mamen Mendizábal. Pero sucede como en el cine, hasta que no aparece "el bueno" los espectadores lo pasan mal.

Cifuenes, añadió, además, algo que resulta chocante para las personas con pocos conocimientos de tauromaquia y del mundo animal: alabó la valentía del torero y consideraba que la muerte de un toro puede "ser digna" si "se hace bien".

Quien respondió a Cristina Cifuentes fue Eduardo Iturralde, árbitro de fútbol retirado hace diez año, hijo de árbitro, y nieto de árbitro -este lo tuvo fácil-. En su respuesta se refirió a las corridas de toros como "costumbre" y añadió que las costumbres cambian.

Una costumbre, digamos al "árbitro" no moviliza a lo más granado de las artes, de la pintura, de la música, la poesía, la arquitectura incluso, etcétera. La tauromaquia es arte, es más que una costumbre, señor hijo de árbitro, y nieto de árbitro.

Lo que tienen la mayoría de los que se declaran "antitaurinos" es un conocimiento superficial de la tauromaquia, por eso reciben "zascas" en los debates, pero estos zascas no les pican el amor propio constructivo y crítico; al contrario se vuelven impermeables a la realidad, no quieren ver ni entender, porque si escuchan, se dan cuenta de que su antitaurinismo es de importación, es animalista, y eso esconde otras cosas.

Los antitaurinos están alimentados de fanatismo doble. Fanatismo de izquierda y fanatismo antitaurino. Y el fanatismo no admite sentido crítico.