Foros Toreros

El riesgo en la tauromaquia es real durante toda la lidia. De lo contrario estaríamos en el circo. Si durante la faena "no ha habido toro" no vale la pena jugarse la integridad física intentando ejecutar la suerte suprema sin defensa. Los aficionados no vamos a la plaza a ver si el toro coge al torero.

Esta "suerte" fue ejecutada el jueves 11 en Huesca por Jorge Isiegas. Y lo dicho: innecesario.

Tirarse a matar sin muleta es un recurso extremo que popularizó "el loco Galán" un torero que lo hizo para destacar entre los toreros y ganar popularidad. También lo veo como tremendismo muy reprobable. Aunque lo pida el público.

El tremendismo es un recurso inútil, ya nadie engaña a los aficionados. Solo unos pocos se emocionan con esta "treta" para llamar la atencion.

Hubo toreros que en plena faena se sentaban delante de los toros, incluso se tumbaban ante la fiera para demostrar su valentía como toreros... no debiera estar aceptado; es más, debería ser sancionable este tipo de recursos para meter el miedo en el cuerpo al público como aportación del torero a su faena.

Hay temeridades que deberían conllevar multa. Multa también a los que ocupan el callejón sin estar debidamente autorizados y protegidos en burladeros de callejón.

Comportamientos temerarios delante de un toro... ¡multazo!

Para Temerario Roca Rey, después de la paliza que le dió el toro, nadie debe salir a la plaza sin las condiciones físicas necesarias. Hoy estará arrepentido porque se ha perdido media docena de corridas, además de arriesgar demasiado tanto él como a su cuadrilla.

¿Qué objeto tiene este pase? Si es discutible la porta gayola, esta maniobra del torero de ocultarse y tapar la salida del toril con el capote ¿qué tiene?

Tirarse a matar sin muleta, o ponerse incluso a porta gayola, son temeridades. Y lo de este torero o novillero ¿qué sentido tiene? si el toro se frena en la salida queda a merced del toro y contra las tablas y con solo una salida... una temeridad sin ningún sentido.

Hace falta una autoridad para evitar estos comportamientos que no aportan nada, son un riesgo innecesario, y el público no valora estas temeridades como dignas del espectáculo.