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Vuelve el bulo de los pingüinos otra vez por navidad, y -resumiendo- el mismo guión o story-telling: son pingüina y pingüino más joven, los dos "viudos" porque perdieron a su pareja, y los dos solitarios se consuelan mientras ven las luces de la gran ciudad al fondo... BULO. Para reforzar el relato, añaden que el fotógrafo autor de la instantánea -¿cómo sabía el sexo y el estado de viuedad de los 'sphenisciformes'?- recibió un premio importante por la fotografía... BULO.

Toda una patraña de las que se emplean ahora en tiempo de navidad para emocionar a gente solitaria y sensiblera, y también para pedir donativos. F. Sperring, coordinadora del programa de seguimiento e investigación de la colonia del pingüino enano de Saintt Kilda, Melbourne, Australia, ya lo dijo en 2020: "Un pingüino mudando y su hijo".

Estas aves marinas no voladoras tienen sus costumbres, como todos los animales; sin embargo, en esta época de escaso contacto estrecho con animales muchas personas ignoran las costumbres más elementales de los mismos, y caen ingenuamente en las garras de los "buitres sentimentales" dispuestos a lo que sea para conseguir simpatizantes y donativos.

El animalismo está infestado de bulos, y cuanto más increíble, más fácilmente se lo tragan los animalistas.

Esta denuncia de Elon Musk contra la caza que esquilma especies también es un clásico desde hace 8 años. Podéis verlo vosotros mismos en el tuit:
https://twitter.com/elonmusk/status/1611423667107549184

Los pingüinos Adelaida tienen sexo entre machos, violan a las hembras, matan a las crías y practican necrofilia; esto se ha hecho público cien años después de esos descubrimientos del explorador inglés George Marray Levick, que ocultó sus observaciones para proteger a otros del horror de los detalles de esas revelaciones.