Foros Toreros

El escritor y columnista Salvador Sostres ha publicado un artículo en Abc "Las tres taras catalanas" que está dando qué hablar y me parece material interesante para ampliar las perspectivas de los aficionados y visitantes varios del forostoreros. Aquí lo dejo.

La primera tara es reconocer que a los catalanes les gusta España. ¿Qué tienen en común los catalanes con el resto de los españoles? Pues en el imaginario catalán que siempre ha visto el resto de España como país corrupto, en la imaginación de los catalanes con el 3% y el Barsagate ahora se siente los más españoles. jajaja

La segunda tara de nacimiento, es creer que el resto de los españoles se levantan cada mañana con intención de quitar algo a los catalanes. Ningún español actúa así. Y por esa tara, los espabilados catalanes roban a otros catalanes. Ahí está el caso de Laporta, que corrompió al FC Barcelona hasta el extremo de comprar árbitros; ahora que le han pillado, dice que compraba sólo para "recibir un trato justo".

Como son los padres son los hijos; esta es la tercera tara de los catalanes: los padres educan a sus hijos en el resentimiento. El resentimiento es una reacción de un inferior hacia un superior.

España como mala madrastra; de hijos tontos, pero que ¡sorpresa! roban desde hace siglos a los catalanes que son más listos. Y el hijo que escucha esto de su padre se lo graba para siempre... aunque ambos, padre e hijo, saben -para sí mismo cada uno- que es mentira. Sacudirse esas tres mentiras es nacer de nuevo, amando a su padre, a Cataluña y a España. Así lo veo yo.

El padre educa a su hijo en la mentira; como así lo hizo su propio padre. Y los tres fueron conscientes de ello. Mostrar el padre al hijo los dos llenos de orgullo y satisfacción los trofeos más discutidos del fútbol club barcelona en el museo del club es lo más triste del mundo.

En resumen: las tres taras de los catalanes son, la primera atreverse a reconocer que les gusta España; la segunda, darse cuenta de que no les persiguen; y la tercera, admitir que sus padres les engañaron. ¿fácil, no? luego llega la felicidad total.

De las tres taras de los catalanes, la más difícil de quitar es la tercera: reconocer que sus padres les engañaron; que su "tribu" les engañó; y que les engañan a diario una casta de políticos mediocres y sin escrúpulos. Y esta es más difícil de superar porque se vigilan unos a otros y si alguno sale del rebaño, enseguida queda señalado y los "figilantes" se encargan de que vuelva al redil... o se pierda en los fríos esteparios del aislamiento social.

Que son las tres taras con las que nacen también los vascos. Por ejemplo, antes de ser del Athletic o de la Real son antimadridistas, pero mucho antes. Y eso que allí ser del rojiblanco o del txuri urdin es solo un accidente geográfico en su origen.

De historia, los castellanos y el resto de los españoles han trabajado, y más que los vascos; más allá de Pancorbo emigraban durante siglos los vascos, porque no había pan sencillamente por eso, en sus caseríos. Sus padres no tenían. Y había oficios para todos por la ancha Castilla y la gran España, porque para recibir emigrantes es necesario dar trabajo, no había pagas, hace siglos, como ahora. Es decir, que no roban.

Y luego está lo de los padres mintiendo a sus hijos: nuestros gudaris lucharon en la guerra civil, y las abuelas ¡ja, mamoncetes aberzales! Seis meses después de empezar la guerra negociábais la rendición, en enero de 1936. Y muchas sedes del PNV votaron adherirse al golpe de estado del 18 de julio. El hecho de que "las izquierdas" eran peores que "las derechas" lo demuestra el incuestionable hecho de que el 99% de los "gudaris" que se rindieron en Santoña siguieron viviendo en vascongadas.

Tres taras catalanas. Tres taras vascas.

No solo los padres transmiten esas mentiras a los hijos. Lo hacen los curas. Lo hacen sus profesores en el colegio. Por eso, cuando hables con un catalán serparatista ten eso en cuenta: es un abducido. Y necesita un rescatador.

De lectura obligada para todos los catalanes y en especial para los catalanes separatistas que se atrevan a leer cosas que les prohíbe Gabriel Rufián.