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Patricia McCormick fue una figura pionera y emblemática en el mundo de la tauromaquia, destacándose como una de las primeras mujeres toreras en ganar reconocimiento internacional en una era donde el toreo estaba dominado por hombres. Nacida el 18 de noviembre de 1929 en St. Louis, Missouri, McCormick se trasladó a México a una edad temprana, donde su pasión y habilidad por la tauromaquia florecieron. Patricia McCormick rompió barreras en los años 50 y 60, enfrentándose a toros que superaban los 450 kilogramos, en una época en la que las mujeres apenas tenían presencia en las plazas de toros. A lo largo de su carrera, que abarcó aproximadamente una década, McCormick participó en cerca de 150 corridas, ganándose el respeto de toreros y aficionados por su valentía y destreza en el ruedo.

El legado de Patricia McCormick no solo reside en haber sido una torera excepcional, sino también en haber allanado el camino para futuras generaciones de mujeres en el toreo. Patricia McCormick dejó un imborrable legado en la tauromaquia antes de fallecer el 26 de marzo de 2013, recordada no solo por su valentía y habilidad, sino también por su papel como pionera en un mundo hasta entonces reservado casi exclusivamente para los hombres.

Hagamos una pequeña biografía y homenaje a esta torera, porque merece todos los honores.

Nacida en San Luis, Misuri, el 18 de noviembre de 1929, Patricia McCormick se enamoró del toreo a los siete años, un amor que duraría toda la vida. A los siete años ¡a ver quién lo mejora! en un país sin tradición taurina.

Y recorrió varios estados y ciudades. Después de mudarse a Big Spring, Texas, su fascinación solo creció. A los 22 años, debutó en Ciudad Juárez, el 9 de septiembre de 1951, marcando el inicio de su carrera histórica. No es fácil resumir todos esos años de trabajar en silencio para tener que salir a un país extranjero y poder desarrollar tu profesión.

Fue pionera, la primera estadounidense en unirse a la Unión de Matadores en enero de 1952, rompiendo barreras desde el principio

A lo largo de su carrera, McCormick lidió más de 300 corridas a través de México y Venezuela, un testimonio de su valentía y determinación.

Y esas seis cornadas graves, especialmente la de 1954 en Ciudad Acuña, que casi le cuesta la vida. Un sacerdote tuvo que administrarle los últimos ritos.

Patricia McCormick además de lidiar con los toros en las plazas, tuvo que enfrentarse fuera de las plazas con un sistema que no admitía como torera. Hizo todo lo posible para competir con el escalafón de toreros.

En 2007, Texas le rindió homenaje con un documental y una exposición permanente en el museo de Big Spring, celebrando su legado.

Falleció el 26 de marzo de 2013 en Del Río, Texas. Aunque nunca se casó ni tuvo hijos, dejó un legado inmenso.

la vida de esta torera fue una batalla constante contra las barreras de género, demostrando que el talento no tiene género.