Los voladores de México una tradición, un ritual o una actividad turística
Publicado: Dom Abr 28, 2024 1:00 pm
Los voladores de México una tradición, un ritual o una actividad turística
Son muchos los reportajes sobre esta tradición de los voladores de México que se publican cada año. Estamos ante una práctica tradicional, una costumbre rica y multifacética, reconocida por su profundo significado espiritual y cultural. Los voladores, conocidos principalmente en la región de Papantla, Veracruz, ejecutan un ritual que va más allá de la simple acrobacia; es una danza de fertilidad que expresa respeto y armonía con el mundo natural y espiritual. Cuetzalan, Puebla, México. Danza de los voladores. Video daniel blas
La tradición de los voladores es ancestral, con raíces que se remontan al año 600 a.C. Según la leyenda totonaca, el ritual fue concebido durante un periodo de sequía devastadora, donde cinco jóvenes fueron seleccionados para apaciguar a los dioses y solicitar lluvia y buenas cosechas. Esta práctica no solo es central en Papantla sino que también se realiza en múltiples regiones de México y hasta en Guatemala, adaptando características únicas en cada localidad. El ritual comienza con la selección y corte de un árbol alto, tras lo cual se transporta al centro de la población para ser erigido como el palo central desde donde los voladores realizarán su descenso. Antes de erigir el palo, se lleva a cabo un ritual que incluye ofrendas de flores, alcohol y comestibles para pedir permiso y perdón al dios de la montaña por cortar el árbol. Los voladores usan trajes coloridos que simbolizan elementos naturales y espirituales. Los trajes están adornados con flores y espejos que representan la fertilidad y el sol, y son confeccionados por los propios voladores. Durante el ritual, el caporal, quien no desciende del palo, toca melodías tradicionales con un tamborcillo y un flautín, instrumentos que reflejan la sencillez y profundidad espiritual del ritual.
En 2009, la UNESCO inscribió esta ceremonia en la Lista Representativa del Patrimonio Cultural Inmaterial de la Humanidad, destacando su importancia como parte del patrimonio cultural y asegurando esfuerzos para su preservación y transmisión a futuras generaciones.
Este ritual no solo es un espectáculo visual impresionante sino también un profundo acto de conexión espiritual, que celebra y respeta las tradiciones y la historia de los pueblos indígenas de México. Su continuidad refleja el compromiso de las comunidades locales con la preservación de su cultura y la enseñanza a las nuevas generaciones de la profundidad de sus tradiciones espirituales.
Son muchos los reportajes sobre esta tradición de los voladores de México que se publican cada año. Estamos ante una práctica tradicional, una costumbre rica y multifacética, reconocida por su profundo significado espiritual y cultural. Los voladores, conocidos principalmente en la región de Papantla, Veracruz, ejecutan un ritual que va más allá de la simple acrobacia; es una danza de fertilidad que expresa respeto y armonía con el mundo natural y espiritual. Cuetzalan, Puebla, México. Danza de los voladores. Video daniel blas
La tradición de los voladores es ancestral, con raíces que se remontan al año 600 a.C. Según la leyenda totonaca, el ritual fue concebido durante un periodo de sequía devastadora, donde cinco jóvenes fueron seleccionados para apaciguar a los dioses y solicitar lluvia y buenas cosechas. Esta práctica no solo es central en Papantla sino que también se realiza en múltiples regiones de México y hasta en Guatemala, adaptando características únicas en cada localidad. El ritual comienza con la selección y corte de un árbol alto, tras lo cual se transporta al centro de la población para ser erigido como el palo central desde donde los voladores realizarán su descenso. Antes de erigir el palo, se lleva a cabo un ritual que incluye ofrendas de flores, alcohol y comestibles para pedir permiso y perdón al dios de la montaña por cortar el árbol. Los voladores usan trajes coloridos que simbolizan elementos naturales y espirituales. Los trajes están adornados con flores y espejos que representan la fertilidad y el sol, y son confeccionados por los propios voladores. Durante el ritual, el caporal, quien no desciende del palo, toca melodías tradicionales con un tamborcillo y un flautín, instrumentos que reflejan la sencillez y profundidad espiritual del ritual.
En 2009, la UNESCO inscribió esta ceremonia en la Lista Representativa del Patrimonio Cultural Inmaterial de la Humanidad, destacando su importancia como parte del patrimonio cultural y asegurando esfuerzos para su preservación y transmisión a futuras generaciones.
Este ritual no solo es un espectáculo visual impresionante sino también un profundo acto de conexión espiritual, que celebra y respeta las tradiciones y la historia de los pueblos indígenas de México. Su continuidad refleja el compromiso de las comunidades locales con la preservación de su cultura y la enseñanza a las nuevas generaciones de la profundidad de sus tradiciones espirituales.