Colombia prohíbe las corridas de toros: fin de una tradición centenaria
Publicado: Mié Jul 24, 2024 4:02 pm
Colombia prohíbe las corridas de toros: fin de una tradición centenaria
Aquí va mi resumen, trabajado, de lo que ha pasado en Colombia: pongan las barbas a remojar; y más importante, toca "arremangarse" y actuar rápido para impedir que este "tsunami woke" se expanda y devolvamos la tauromaquia a la normalidad en Colombia.
El presidente colombiano, Gustavo Petro, ha firmado una ley que prohíbe las corridas de toros en todo el país, marcando el fin de una tradición que data de la época del Virreinato de Nueva Granada. Este acto simbólico se llevó a cabo en la plaza La Santamaría de Bogotá, la plaza de toros más importante en Colombia. La prohibición incluye también otras prácticas taurinas como el rejoneo, las novilladas, las becerradas y las tientas.
A partir de ahora, estos escenarios serán destinados a otrs actividades, en un intento por imponer las agendas de supuesta protección animal y cambio climático promovidas por la llamada "izquierda woke", que busca establecer un supremacismo político y cultural "woke" en el mundo.
Al coro de “¡No más olé!" fue firmada esa ley antitaurina por el presidente colombiano, Gustavo Petro, el pasado lunes 22 en la plaza La Santamaría de Bogotá, la más importante de Colombia.
Colombia es uno de los cinco países de Latinoamérica que mantiene viva esta parte de la cultura de la tauromaquia, las corridas de toros junto con Venezuela, Perú, México y Ecuador. Estos dos últimos no autorizan las tradiciones taurinas parcialmente en algunos estados y ciudades. En otros países como Argentina, Chile y Panamá, están prohibidas.
La prohibición ha sido una bandera política de Petro desde que fue alcalde de Bogotá en 2012, cuando se refería a la fiesta brava como un acto de maltrato animal. Suspendió las corridas de toros en La Santamaría, y aunque las corridas siguieron intermitentes en la capital, dejaron de organizarse desde 2020.
En diciembre de 2023, un fallo judicial ordenó que se reanudaran, pero la nueva temporada no ha sido anunciada aún.
El presidente colombiano, Gustavo Petro, sancionó el pasado lunes día 22 la ley llamada ‘No más olé’, que prohíbe las corridas de toros en el país y que tendrá un periodo de transición de tres años, para elaborar un programa de reconversión económica de los afectados, con lo que comenzará a regir en 2027.
“Este proyecto ha tenido una serie de enemigos, de contradictores poderosos, muy poderosos, que han frenado su desarrollo una y otra vez”, dijo el jefe de Estado, antitaurino declarado.
La ley se aprobó el pasado 28 de mayo en la votación definitiva de la Cámara de Representantes por 93 votos a favor, luego de 14 aplazamientos. Además de las corridas de toros también quedaron prohibidos el rejoneo, las novilladas, las becerradas y las tientas.
La prohibición ha sido celebrada por diversas organizaciones defensoras de los derechos de los animales y colectivos antitaurinos, quienes han visto en la ley una victoria significativa.
Consecuencias: Impacto en otras actividades y defensa de la tauromaquia
Con la promulgación de la ley, que fue aprobada en mayo por el Congreso, inicia un periodo de transición de tres años en los que las actividades taurinas estarán permitidas, pero bajo condiciones que definirá el gobierno con los “más altos estándares de bienestar y protección animal”, según la nueva ley.
En la transición, el gobierno deberá buscar programas de reconversión económica para quienes se dedican a la actividad taurina y demuestren que es su sustento económico principal. Ante la falta de un censo oficial, la ley ordena crear un registro de las personas que dependen de la tauromaquia entre toreros, novilleros, banderilleros, picadores y ganaderos de toros de lidia.
En el país, hay 12 plazas de toros permanentes con capacidad entre 3.000 y 10.000 espectadores en ciudades como Bogotá, Cali, Manizales y Medellín y en otras más pequeñas como Duitama o Pamplona. Sin embargo, también hay recintos provisionales y portátiles —con estructuras metálicas o de madera— que son instaladas para festividades de pueblos y zonas rurales. Algunas son privadas y no quedan registros de sus asistentes o del dinero que mueven.
La prohibición de las corridas de toros también afectará otras actividades relacionadas, como el rejoneo, las novilladas, las becerradas y las tientas. La comunidad taurina ha expresado su preocupación por el impacto económico y cultural que esta medida tendrá en sus vidas. Jorge Rojas, alcalde de Manizales, ciudad de tradición taurina, ha dicho a la prensa local que la prohibición tendrá un impacto económico significativo, dado que las corridas de toros en la feria de Manizales generaban numerosos empleos y atraían a miles de asistentes.
A pesar de la prohibición, muchos colectivos y asociaciones taurinas, así como una parte de la población que no es aficionada pero defiende las tradiciones culturales, continúan su lucha para preservar lo que consideran una parte importante del patrimonio cultural de Colombia. Estos grupos planean utilizar todos los recursos legales disponibles para revertir la prohibición y proteger la tauromaquia como una expresión artística y cultural legítima.
Aquí va mi resumen, trabajado, de lo que ha pasado en Colombia: pongan las barbas a remojar; y más importante, toca "arremangarse" y actuar rápido para impedir que este "tsunami woke" se expanda y devolvamos la tauromaquia a la normalidad en Colombia.
El presidente colombiano, Gustavo Petro, ha firmado una ley que prohíbe las corridas de toros en todo el país, marcando el fin de una tradición que data de la época del Virreinato de Nueva Granada. Este acto simbólico se llevó a cabo en la plaza La Santamaría de Bogotá, la plaza de toros más importante en Colombia. La prohibición incluye también otras prácticas taurinas como el rejoneo, las novilladas, las becerradas y las tientas.
A partir de ahora, estos escenarios serán destinados a otrs actividades, en un intento por imponer las agendas de supuesta protección animal y cambio climático promovidas por la llamada "izquierda woke", que busca establecer un supremacismo político y cultural "woke" en el mundo.
Al coro de “¡No más olé!" fue firmada esa ley antitaurina por el presidente colombiano, Gustavo Petro, el pasado lunes 22 en la plaza La Santamaría de Bogotá, la más importante de Colombia.
Colombia es uno de los cinco países de Latinoamérica que mantiene viva esta parte de la cultura de la tauromaquia, las corridas de toros junto con Venezuela, Perú, México y Ecuador. Estos dos últimos no autorizan las tradiciones taurinas parcialmente en algunos estados y ciudades. En otros países como Argentina, Chile y Panamá, están prohibidas.
La prohibición ha sido una bandera política de Petro desde que fue alcalde de Bogotá en 2012, cuando se refería a la fiesta brava como un acto de maltrato animal. Suspendió las corridas de toros en La Santamaría, y aunque las corridas siguieron intermitentes en la capital, dejaron de organizarse desde 2020.
En diciembre de 2023, un fallo judicial ordenó que se reanudaran, pero la nueva temporada no ha sido anunciada aún.
El presidente colombiano, Gustavo Petro, sancionó el pasado lunes día 22 la ley llamada ‘No más olé’, que prohíbe las corridas de toros en el país y que tendrá un periodo de transición de tres años, para elaborar un programa de reconversión económica de los afectados, con lo que comenzará a regir en 2027.
“Este proyecto ha tenido una serie de enemigos, de contradictores poderosos, muy poderosos, que han frenado su desarrollo una y otra vez”, dijo el jefe de Estado, antitaurino declarado.
La ley se aprobó el pasado 28 de mayo en la votación definitiva de la Cámara de Representantes por 93 votos a favor, luego de 14 aplazamientos. Además de las corridas de toros también quedaron prohibidos el rejoneo, las novilladas, las becerradas y las tientas.
La prohibición ha sido celebrada por diversas organizaciones defensoras de los derechos de los animales y colectivos antitaurinos, quienes han visto en la ley una victoria significativa.
Consecuencias: Impacto en otras actividades y defensa de la tauromaquia
Con la promulgación de la ley, que fue aprobada en mayo por el Congreso, inicia un periodo de transición de tres años en los que las actividades taurinas estarán permitidas, pero bajo condiciones que definirá el gobierno con los “más altos estándares de bienestar y protección animal”, según la nueva ley.
En la transición, el gobierno deberá buscar programas de reconversión económica para quienes se dedican a la actividad taurina y demuestren que es su sustento económico principal. Ante la falta de un censo oficial, la ley ordena crear un registro de las personas que dependen de la tauromaquia entre toreros, novilleros, banderilleros, picadores y ganaderos de toros de lidia.
En el país, hay 12 plazas de toros permanentes con capacidad entre 3.000 y 10.000 espectadores en ciudades como Bogotá, Cali, Manizales y Medellín y en otras más pequeñas como Duitama o Pamplona. Sin embargo, también hay recintos provisionales y portátiles —con estructuras metálicas o de madera— que son instaladas para festividades de pueblos y zonas rurales. Algunas son privadas y no quedan registros de sus asistentes o del dinero que mueven.
La prohibición de las corridas de toros también afectará otras actividades relacionadas, como el rejoneo, las novilladas, las becerradas y las tientas. La comunidad taurina ha expresado su preocupación por el impacto económico y cultural que esta medida tendrá en sus vidas. Jorge Rojas, alcalde de Manizales, ciudad de tradición taurina, ha dicho a la prensa local que la prohibición tendrá un impacto económico significativo, dado que las corridas de toros en la feria de Manizales generaban numerosos empleos y atraían a miles de asistentes.
A pesar de la prohibición, muchos colectivos y asociaciones taurinas, así como una parte de la población que no es aficionada pero defiende las tradiciones culturales, continúan su lucha para preservar lo que consideran una parte importante del patrimonio cultural de Colombia. Estos grupos planean utilizar todos los recursos legales disponibles para revertir la prohibición y proteger la tauromaquia como una expresión artística y cultural legítima.