Yo me aficioné viendo toros de Victorino. Me parecía que había algo más allá de la estética: una lucha auténtica. Hoy en día, muchas ganaderías han clonado el toro cómodo. Victorino sigue fiel al suyo. Por eso tiene personalidad.

Leí una vez que Slim Pickens venía de familia de granjeros lecheros en California, y que ya de joven era un fiera montando a caballo. Lo curioso es que su padre no quería que se metiera en rodeos, así que empezó a competir a escondidas con ese apodo suyo. Eso ya dice mucho del personaje.

Decía que el apoderado debía saber cuándo decir “no toreas”, aunque el torero se enfadara. Lo difícil no es decir “sí” a una feria; lo difícil es proteger cuando toca. Manolo protegía.

Mi vecino le habla al gato como si fuera una persona... esto es más real de lo que parece.

Organizar estas novilladas tiene mucho mérito. Y ojo con los chavales colombianos. Suelen venir con hambre y oficio. No les quiten sitio por no tener padrino.

Si el Reino Unido impone la castración química obligatoria sin excepciones, se enfrentará a un choque directo con la libertad religiosa. Para el islam, esta práctica es haram: está prohibida. Obligar a un musulmán a someterse a este tratamiento sería cruzar una línea roja legal y moral.

Me encanta que se pida el pesaje. Pero si lo hace solo una asociación y la empresa no publica nada, es como pedir transparencia en un sótano sin ventanas.

A López le das una montera y pregunta si es de la colección otoño-invierno de Agatha Ruiz de la Prada.

La corrupción contagia a toda la sociedad Lo que pasa en el fútbol no se queda en el fútbol. La gente que acepta que le roben el partido es la misma que luego acepta que le roben en las instituciones. Política, deporte, medios… todo se mezcla. Y así vamos: toros afeitados, árbitros amañados, partido...

Vuelvan a emitir toros en TVE y verán cómo sube la audiencia. La prueba está hecha: funciona donde se emite.