Cuando el Real Madrid defendió Madrid en 1936
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- Registrado: Jue Ene 07, 2021 9:24 am
Cuando el Real Madrid defendió Madrid en 1936
Cuando el Real Madrid defendió Madrid
Crónica de un club que, durante la Guerra Civil Española, cedió su estadio, vio a sus jugadores alistarse y eligió a un comandante republicano como presidente
Aquel verano de 1936, cuando Madrid amaneció con las aceras levantadas y las radios enmudecieron por el miedo, el viejo Chamartín dejó de oírse como estadio. Se volvió almacén, refugio, cuartel. En esos días en los que la ciudad se defendía a sí misma, el Madrid Fútbol Club —todavía sin la corona, todavía sin “Real”— actuó con naturalidad y coherencia: cedió lo que tenía y se mantuvo, sin proclamas, del lado de la legalidad republicana.
Un estadio sin balón, una ciudad sin tregua
Chamartín fue entregado sin drama. No hubo expropiación ni protesta. El club asumió que el estadio tenía otro propósito. Se instalaron puestos de vigilancia, se prepararon cocinas colectivas, se reforzaron muros. El fútbol desapareció, pero el club no. Como tantos madrileños, se transformó. Lo deportivo se volvió logístico. Las gradas, trincheras simbólicas.
Nadie pensaba en el resultado del próximo domingo. La urgencia era otra. Y el Madrid, en eso, no fue excepción: fue parte de la ciudad que resistía.
Tres jugadores con botas, con balones... y con fusiles
Algunos jugadores, como tantos jóvenes de su generación, no se limitaron a esperar. Se unieron al frente. Emilín (Emilio Alonso), Pedro Regueiro y Luis Regueiro pasaron de entrenar en Chamartín a formar parte del Batallón Deportivo, una unidad militar republicana formada por futbolistas, atletas y boxeadores. Entrenaban con balones y fusiles. Marchaban con botas de clavos.
No fueron casos aislados ni figuras simbólicas. Participaron en actos de propaganda, en partidos solidarios, en iniciativas para recaudar fondos. En 1937, ambos hermanos Regueiro y Emilín se sumaron a una gira internacional organizada por el Gobierno Vasco para sostener la causa republicana. No hubo escapatoria por la vía neutral: hubo compromiso personal.
Luis Regueiro, la muerte equivocada y el exilio elegido
Durante aquella gira, la prensa llegó a dar por muerto a Luis Regueiro. No era cierto, pero el rumor era verosímil. Combatía en el frente, alternando propaganda con riesgo. El extremo elegante, héroe en Chamartín años antes, cruzó después el Atlántico y se instaló en México. No volvió. Ni siquiera cuando la paz volvió a España. Su exilio fue su epílogo.
Antonio Ortega, un presidente con galones
En pleno conflicto, el club nombró presidente a Antonio Ortega Gutiérrez, comandante del ejército republicano. Ortega no venía del fútbol ni de los despachos: venía del frente. Era comunista, disciplinado, y asumió el cargo en condiciones extremas. En 1939, al caer Madrid, fue detenido y fusilado.
Nunca se le rindió homenaje. Tampoco se le negó del todo. Su nombre, como tantos de esa época, quedó suspendido entre el silencio oficial y la memoria informal. Pero presidió el club. Y murió por la República.
Ricardo Zamora, entre la gloria y la sospecha
Ricardo Zamora no se alistó. No combatió. Fue arrestado por milicianos y logró huir a Francia. Su figura, inmensa en lo deportivo, se convirtió en incómoda en lo político. Ni fue enemigo, ni fue aliado. Su distanciamiento del Madrid durante la guerra se explica, en parte, por la transformación del club y, en parte, por la incomodidad que su nombre generaba en ambos bandos.
Nunca renegó del club. Pero nunca volvió del todo a él.
¿Un club republicano? No. Pero sí comprometido
Decir que el Madrid fue un club militante sería simplificar. Pero afirmar que se mantuvo ajeno sería faltar a la verdad. El escudo perdió la corona. El estadio se convirtió en recurso militar republicano. Jugadores se alistaron. Un comandante fue presidente.
Los hechos están ahí. La postura institucional fue de colaboración clara, sin aspavientos ni oportunismo, como otros clubes sí practicaron. En la guerra, el Madrid actuó como un ciudadano más de la capital que defendía.
“En tiempos de metralla, el que abre el portón no lo hace por protocolo”, escribió un periodista en Crónica en 1937. Es una frase que se le puede aplicar a Chamartín con justicia.
El Madrid que no jugó por puntos, sino por principios
Esa historia, la del club sin escudo, sin corona, sin competición, merece contarse. No por épica ni por revanchismo, sino por rigor. Porque cuando muchos aún repiten clichés sobre el Madrid del franquismo, hay que recordar que no fue así; y que hubo otro: el del asedio, el del Batallón Deportivo, el de Ortega fusilado, el de Regueiro exiliado.
Ese Madrid también fue real. Y también fue valiente.
Crónica de un club que, durante la Guerra Civil Española, cedió su estadio, vio a sus jugadores alistarse y eligió a un comandante republicano como presidente
Aquel verano de 1936, cuando Madrid amaneció con las aceras levantadas y las radios enmudecieron por el miedo, el viejo Chamartín dejó de oírse como estadio. Se volvió almacén, refugio, cuartel. En esos días en los que la ciudad se defendía a sí misma, el Madrid Fútbol Club —todavía sin la corona, todavía sin “Real”— actuó con naturalidad y coherencia: cedió lo que tenía y se mantuvo, sin proclamas, del lado de la legalidad republicana.
Un estadio sin balón, una ciudad sin tregua
Chamartín fue entregado sin drama. No hubo expropiación ni protesta. El club asumió que el estadio tenía otro propósito. Se instalaron puestos de vigilancia, se prepararon cocinas colectivas, se reforzaron muros. El fútbol desapareció, pero el club no. Como tantos madrileños, se transformó. Lo deportivo se volvió logístico. Las gradas, trincheras simbólicas.
Nadie pensaba en el resultado del próximo domingo. La urgencia era otra. Y el Madrid, en eso, no fue excepción: fue parte de la ciudad que resistía.
Tres jugadores con botas, con balones... y con fusiles
Algunos jugadores, como tantos jóvenes de su generación, no se limitaron a esperar. Se unieron al frente. Emilín (Emilio Alonso), Pedro Regueiro y Luis Regueiro pasaron de entrenar en Chamartín a formar parte del Batallón Deportivo, una unidad militar republicana formada por futbolistas, atletas y boxeadores. Entrenaban con balones y fusiles. Marchaban con botas de clavos.
No fueron casos aislados ni figuras simbólicas. Participaron en actos de propaganda, en partidos solidarios, en iniciativas para recaudar fondos. En 1937, ambos hermanos Regueiro y Emilín se sumaron a una gira internacional organizada por el Gobierno Vasco para sostener la causa republicana. No hubo escapatoria por la vía neutral: hubo compromiso personal.
Luis Regueiro, la muerte equivocada y el exilio elegido
Durante aquella gira, la prensa llegó a dar por muerto a Luis Regueiro. No era cierto, pero el rumor era verosímil. Combatía en el frente, alternando propaganda con riesgo. El extremo elegante, héroe en Chamartín años antes, cruzó después el Atlántico y se instaló en México. No volvió. Ni siquiera cuando la paz volvió a España. Su exilio fue su epílogo.
Antonio Ortega, un presidente con galones
En pleno conflicto, el club nombró presidente a Antonio Ortega Gutiérrez, comandante del ejército republicano. Ortega no venía del fútbol ni de los despachos: venía del frente. Era comunista, disciplinado, y asumió el cargo en condiciones extremas. En 1939, al caer Madrid, fue detenido y fusilado.
Nunca se le rindió homenaje. Tampoco se le negó del todo. Su nombre, como tantos de esa época, quedó suspendido entre el silencio oficial y la memoria informal. Pero presidió el club. Y murió por la República.
Ricardo Zamora, entre la gloria y la sospecha
Ricardo Zamora no se alistó. No combatió. Fue arrestado por milicianos y logró huir a Francia. Su figura, inmensa en lo deportivo, se convirtió en incómoda en lo político. Ni fue enemigo, ni fue aliado. Su distanciamiento del Madrid durante la guerra se explica, en parte, por la transformación del club y, en parte, por la incomodidad que su nombre generaba en ambos bandos.
Nunca renegó del club. Pero nunca volvió del todo a él.
¿Un club republicano? No. Pero sí comprometido
Decir que el Madrid fue un club militante sería simplificar. Pero afirmar que se mantuvo ajeno sería faltar a la verdad. El escudo perdió la corona. El estadio se convirtió en recurso militar republicano. Jugadores se alistaron. Un comandante fue presidente.
Los hechos están ahí. La postura institucional fue de colaboración clara, sin aspavientos ni oportunismo, como otros clubes sí practicaron. En la guerra, el Madrid actuó como un ciudadano más de la capital que defendía.
“En tiempos de metralla, el que abre el portón no lo hace por protocolo”, escribió un periodista en Crónica en 1937. Es una frase que se le puede aplicar a Chamartín con justicia.
El Madrid que no jugó por puntos, sino por principios
Esa historia, la del club sin escudo, sin corona, sin competición, merece contarse. No por épica ni por revanchismo, sino por rigor. Porque cuando muchos aún repiten clichés sobre el Madrid del franquismo, hay que recordar que no fue así; y que hubo otro: el del asedio, el del Batallón Deportivo, el de Ortega fusilado, el de Regueiro exiliado.
Ese Madrid también fue real. Y también fue valiente.
Re: Cuando el Real Madrid defendió Madrid en 1936
Estoy flipando, tú. El Madrid republicano, antifascista y solidario. Ya lo que me faltaba. ¿El próximo artículo cuál es, “Franco era del Rayo”? Anda ya.
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- Registrado: Dom May 10, 2020 12:19 am
Re: Cuando el Real Madrid defendió Madrid en 1936
Una realidad muy poco conocida incluso por los madridistas.
Re: Cuando el Real Madrid defendió Madrid en 1936
Me ha gustado, porque pone luz en algo que siempre se silencia. Mi abuelo tuvo conocidos que militaron en el Batallón Deportivo. No jugaban en el Madrid, pero los admiraba. Gracias por sacarlo.
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- Registrado: Vie May 24, 2019 4:31 pm
Re: Cuando el Real Madrid defendió Madrid en 1936
La historia está bien contada. Otra cosa es que a algunos les reviente que el Madrid no siempre fuera lo que ellos quieren que haya sido. Fastidia, pero es lo que hay.
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- Registrado: Dom Abr 28, 2019 11:14 pm
Re: Cuando el Real Madrid defendió Madrid en 1936
Sólo cuando el Real Madrid ganó las Copas de Europa, solo entonces dejaron de ser sospechosos a los ojos del franquismo. Otros equipos fueron privilegiados, como el atleti o el barcelona, pero no el Real Madrid.
Re: Cuando el Real Madrid defendió Madrid en 1936
Demagogia de salón. Chamartín no se cedió, se ocupó. Y lo de los jugadores... tres nombres, tres. ¿Y eso ya justifica una militancia? ¡Venga, hombre!
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- Registrado: Dom Abr 19, 2020 11:21 am
Re: Cuando el Real Madrid defendió Madrid en 1936
Se os cae el relato franquista, compis. Esto no va de política, va de hechos: jugadores que lucharon, estadio entregado, presidente fusilado. Todo lo demás es lloriqueo de cuñao.
Re: Cuando el Real Madrid defendió Madrid en 1936
Yo viví la posguerra, y lo que no voy a hacer es reescribir lo que vi por cuatro héroes inventados. El Madrid fue lo que fue: superviviente, sí. Pero de rojo, nada. De República, sí.
- Sitting_Bull
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- Registrado: Mar Ago 20, 2019 8:13 pm
Re: Cuando el Real Madrid defendió Madrid en 1936
No sé si es historia o ficción, pero como relato está de lujo. Por una vez no se habla del Madrid desde el palmarés. Me ha tocado.
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