Jules Worms: un viaje artístico por la vida y cultura españolas

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Jules Worms (1832-1924) fue un pintor académico, ilustrador y grabador francés. Nacido en una familia de comerciantes parisinos, ingresó a la École des Beaux-Arts en 1849 a la edad de diecisiete años, donde estudió bajo la tutela de Jean-Adolphe Lafosse. Hizo su debut en el Salón de París en 1859.

Worms es mejor conocido por sus escenas de género que representan la vida española, a menudo cómicas y pintadas de manera muy realista con muchos detalles y colores brillantes. En la década de 1860, Worms realizó su primer viaje a España, donde quedó inmediatamente encantado con la cultura y las costumbres españolas. Worms regresó para seis viajes extendidos entre 1860-61 y 1882, viajando ampliamente y recopilando bocetos y trajes para pinturas de estudio en París. En 1871 pasó seis meses en Granada con el pintor catalán Marià Fortuny, a quien había conocido en París.

Novillada en la provincia de Valencia, 1866.png (92.42 KiB) Visto 1472 veces

Su pintura “La romance à la mode”, exhibida en el Salón de 1868, fue comprada por el Estado francés. Ahora se encuentra en la colección del Musée d’Orsay y se exhibe en el Palacio de Luxemburgo en París. Worms también creó ilustraciones para libros, incluyendo “Les Contes rémois” de Louis de Chevigné, las Fábulas de La Fontaine en 1873, Don Quijote en 1884, Aladino y Las mil y una noches.

Sus memorias ilustradas de viajes por España, “Souvenirs d’Espagne, impressions de voyages et croquis”, se publicaron en 1906. Continuó pintando al menos hasta la Primera Guerra Mundial, y sus pinturas continuaron vendiéndose de manera constante tanto en Francia como en Estados Unidos. Jules Worms murió en París a la edad de 91 años el 25 de noviembre de 1924

Las obras de Jules Worms se pueden encontrar en varios museos y galerías de todo el mundo. En España, sus obras se encuentran en el Museo Bellver en Sevilla.

[Calimocho]

Muy bonitos los colores de los cuadros, muy realistas.

[Calambres]

Bonitos cuadros de estos pintores viajeros sorprendidos por las tradiciones españolas. Son los que fundaron la base para asentar los toros en el sur de Francia.

[Taurologica]

Además de grandes pintores, lógicamente, los cuadros van a grandes museos: la discriminación contra la pintura fuera de nuestras fronteras no se produce.

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Preciosos cuadros, sigue siendo la tauromaquia un espectáculo único en el mundo

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Jules Worms: un viaje artístico por la vida y cultura españolas
segunda parte
Un siglo después de su muerte, el interés por Jules Worms ha experimentado un notable renacer. Lo que en las primeras décadas del siglo XX quedó relegado al olvido por el triunfo de las vanguardias, hoy se revaloriza tanto por su extraordinario valor documental como por la calidad técnica y el encanto narrativo de sus lienzos, situándolo de nuevo en el centro de estudios sobre el hispanismo pictórico del siglo XIX y en el mercado internacional del arte.

Las obras de Jules Worms forman parte de colecciones públicas relevantes en Francia (Musée d’Orsay, Musée des Beaux-Arts de Nantes, Musée de Picardie en Amiens, Musée Baron Martin en Gray, entre otros), Reino Unido (Victoria and Albert Museum, Guildhall Art Gallery), Estados Unidos (Metropolitan Museum of Art, Brooklyn Museum, Philadelphia Museum of Art) y, por supuesto, España, donde además de la Casa Museo Bellver de Sevilla se conservan piezas en el Museo del Prado (depósito), el Museo de Bellas Artes de Valencia y el Museo de Bellas Artes de Córdoba.
Jules Worms Picador

Aunque hoy se le considera un representante secundario del academicismo francés y del gusto “españolizante” de la segunda mitad del siglo XIX, en su momento gozó de un éxito comercial notable y de reconocimiento oficial: obtuvo medalla de tercera clase en el Salón de 1867, medalla de segunda clase en 1869 y fue nombrado caballero de la Legión de Honor en 1876. Participó regularmente en los Salones hasta 1914 y expuso también en la Royal Academy de Londres y en numerosas exposiciones universales (París 1878, 1889 y 1900, donde obtuvo medalla de bronce).

Estilísticamente, Worms pertenece a la corriente de los pintores “españolistas” franceses (junto a Édouard Rosales, Eugène Lami o Raimundo de Madrazo), pero se distingue por su sentido del humor ligero, su atención casi etnográfica al detalle del traje y la gestualidad, y un colorido muy vivo que anticipa en cierta medida el luminismo posterior. Sus escenas de majos, manolas, contrabandistas, gitanos, tabernas y romerías responden al estereotipo romántico que el público francés tenía de España, pero están ejecutadas con una minuciosidad y una soltura técnica que las elevan por encima del mero exotismo de salón.
Jules Worms, Preparándose para la corrida

Tras la muerte de Fortuny en 1874, Worms se convirtió en uno de los principales herederos y difusores de esa visión festiva y colorista de Andalucía, especialmente de Granada y Sevilla. Su taller parisino estaba lleno de trajes, guitarras, abanicos y cerámicas traídas de sus viajes, y muchos de sus cuadros más célebres (“El patio de la mezquita”, “Después de la corrida”, “La venta del agua en Sevilla”, “Una broma de soldados”) se repitieron en varias versiones para satisfacer la demanda de coleccionistas franceses y americanos.

En el siglo XX, la moda del orientalismo y del costumbrismo español decayó rápidamente, y la reputación de Worms se eclipsó frente a los impresionistas y las vanguardias. Sin embargo, en las últimas dos décadas su obra ha vuelto a despertar interés, tanto por su valor documental sobre la imagen que Europa tenía de la España romántica como por su calidad pictórica indiscutible. Las subastas internacionales han registrado cotizaciones crecientes (varios lienzos han superado los 100 000 € en los últimos años) y se han organizado exposiciones monográficas, destacando la celebrada en 2016 en la Casa de Velázquez de Madrid y la retrospectiva de 2023 en el Musée de la Vie romantique de París.
Jules Worms, La Fuente del Toro en Granada, fotograbado de Goupil, wikipedia

Jules Worms representa, en definitiva, el último gran capítulo del largo idilio pictórico franco-español que comenzó con Goya y David y se extinguió con la Primera Guerra Mundial, justo un día antes de que él mismo falleciera, el 25 de noviembre de 1924.