Foros Toreros

Una encuesta terrorífica. ¿Cómo será diez años después? Los jóvenes están peor que los mayores. ¡A loro!

Recortar tratamientos a los mayores es una forma de castigo disfrazado de ahorro. Justo cuando más los necesitan, se les quita el derecho a ser cuidados. Inaceptable.

La medida de limitar tratamientos caros a los mayores de 85 años no es solo una cuestión de presupuesto: es una declaración de valores. Se olvida que estos mayores fueron los que sostuvieron el sistema durante décadas. ¿Y ahora? Ahora se les relega con una lógica utilitarista brutal, donde solo se salva quien “vale la pena”.

El envejecimiento de la población plantea retos reales. Pero convertir a los mayores en chivos expiatorios del colapso financiero de la sanidad es moralmente cuestionable.

En particular, la llegada de nuevas generaciones de emigrantes, muchas veces ajenas al relato histórico del Estado de Bienestar belga, puede acentuar esa brecha: no sienten lazos de responsabilidad hacia quienes construyeron el sistema.

Que algunos acepten esta medida con frialdad revela una fractura social creciente.

El resultado es un pacto roto entre generaciones, sustituido por un “sálvese quien pueda”, que incluye el fenómeno Okupa

Y al mismo tiempo, ya saben que su esfuerzo contributivo no será recompensado con pensiones dignas.

Fantástica idea: primero los jubilados, luego los enfermos crónicos, y si seguimos ahorrando, quizás podamos eliminar también los partos costosos. ¿Por qué invertir en quienes ya vivieron demasiado o apenas empiezan? Ironías aparte, si esto prospera, Bélgica dejará de ser un referente de solidaridad para convertirse en laboratorio de eugenesia fiscal.

Una sociedad que cuida de sus viejos se honra a sí misma. Pero claro, es más fácil mirar a otro lado cuando los que votan menos mueren más.