Manuel León Astruc, entre Aragón y la fama efímera del cartelismo español
Publicado: Lun Nov 18, 2024 5:08 pm
Manuel León Astruc, entre Aragón y la fama efímera del cartelismo español
Manuel León Astruc (Zaragoza, 1889 - Madrid, 1965) es un nombre que, aunque reconocido en su tiempo, ha quedado relegado en la historiografía del arte. Pintor prolífico y versátil, destacó especialmente en el diseño de carteles, donde alcanzó un prestigio notable en la primera mitad del siglo XX.
Nacido en Zaragoza, pronto se trasladó con su familia a Pamplona. Su vocación artística se despertó desde joven, lo que lo llevó a estudiar en la Escuela Especial de Pintura de Madrid. Su carrera estuvo marcada por una constante búsqueda de reconocimiento y sustento económico, lo que le llevó a diversificar su obra entre retratos, carteles y pintura decorativa.
Su especialidad, no obstante, fueron los carteles. Astruc ganó numerosos concursos en este ámbito, destacando por ser cuatro veces vencedor del certamen para las fiestas del Pilar (1914, 1923, 1925 y 1929) y tres veces en el de los Sanfermines (1914, 1926 y 1944). En estos eventos compitió con artistas de renombre como Rafael de Penagos y Bartolozzi, lo que subraya su calidad artística.
En 1922, su diseño para el cartel de la Feria de Córdoba marcó un hito en su carrera, abriéndole puertas en Andalucía. Allí desarrolló una faceta como pintor devocional, influido por la luz y el carácter andaluz que marcaron parte de su obra.
A pesar de sus logros, Astruc no logró un reconocimiento consolidado como pintor de caballete. Participó en múltiples exposiciones, incluidas las Exposiciones Nacionales de Bellas Artes y los Salones de Primavera y Otoño. Sin embargo, su obra fue recibida con críticas dispares. En la Exposición Nacional de Bellas Artes de 1932, un crítico destacó su habilidad técnica pero criticó el uso de fondos que consideraba de mal gusto, lo que refleja las dificultades de Astruc para integrarse plenamente en el panorama artístico del momento.
Fue un pintor muy solicitado para realizar portadas de revistas como La Esfera, y sus retratos, ya fueran al óleo o pastel, gozaban de aceptación entre su clientela. Él mismo afirmaba que se esforzaba en ajustarse a la verdad en sus retratos, logrando capturar la esencia de las personas, especialmente a través de la mirada, una de las características más valoradas de su obra.
A lo largo de su vida, Astruc cultivó diversos géneros, aunque el retrato fue su punto fuerte. Realizó obras memorables como los retratos de Raquel Meller y un grupo de ansotanos hilando lana, además de paisajes que expuso en galerías como la sala Macoy de Zaragoza.
Su carrera también incluyó una faceta docente como profesor de dibujo en la Escuela de Artes y Oficios de Madrid y en la Academia de San Fernando, donde trabajó hasta su jubilación, cinco años antes de su fallecimiento en 1965.
Hoy, León Astruc es un pintor casi olvidado, pero su legado como cartelista sigue siendo un referente de la ilustración española del siglo XX. Su obra merece un reconocimiento que resalte no solo su técnica y creatividad, sino también su contribución al arte publicitario y al retrato en su tiempo.
Manuel León Astruc (Zaragoza, 1889 - Madrid, 1965) es un nombre que, aunque reconocido en su tiempo, ha quedado relegado en la historiografía del arte. Pintor prolífico y versátil, destacó especialmente en el diseño de carteles, donde alcanzó un prestigio notable en la primera mitad del siglo XX.
Nacido en Zaragoza, pronto se trasladó con su familia a Pamplona. Su vocación artística se despertó desde joven, lo que lo llevó a estudiar en la Escuela Especial de Pintura de Madrid. Su carrera estuvo marcada por una constante búsqueda de reconocimiento y sustento económico, lo que le llevó a diversificar su obra entre retratos, carteles y pintura decorativa.
Su especialidad, no obstante, fueron los carteles. Astruc ganó numerosos concursos en este ámbito, destacando por ser cuatro veces vencedor del certamen para las fiestas del Pilar (1914, 1923, 1925 y 1929) y tres veces en el de los Sanfermines (1914, 1926 y 1944). En estos eventos compitió con artistas de renombre como Rafael de Penagos y Bartolozzi, lo que subraya su calidad artística.
A pesar de sus logros, Astruc no logró un reconocimiento consolidado como pintor de caballete. Participó en múltiples exposiciones, incluidas las Exposiciones Nacionales de Bellas Artes y los Salones de Primavera y Otoño. Sin embargo, su obra fue recibida con críticas dispares. En la Exposición Nacional de Bellas Artes de 1932, un crítico destacó su habilidad técnica pero criticó el uso de fondos que consideraba de mal gusto, lo que refleja las dificultades de Astruc para integrarse plenamente en el panorama artístico del momento.
A lo largo de su vida, Astruc cultivó diversos géneros, aunque el retrato fue su punto fuerte. Realizó obras memorables como los retratos de Raquel Meller y un grupo de ansotanos hilando lana, además de paisajes que expuso en galerías como la sala Macoy de Zaragoza.
Hoy, León Astruc es un pintor casi olvidado, pero su legado como cartelista sigue siendo un referente de la ilustración española del siglo XX. Su obra merece un reconocimiento que resalte no solo su técnica y creatividad, sino también su contribución al arte publicitario y al retrato en su tiempo.