¿Por qué los gatos se tumban donde nos sentamos? Tiene una explicación
Publicado: Mar Abr 22, 2025 12:12 pm
¿Por qué los gatos se tumban donde nos sentamos? Tiene una explicación
Cuando un gato se adueña del sitio que acabas de abandonar, no está expresando amor ni recreando una escena melosa de TikTok. Lo que busca es lo básico: calor, seguridad y permanencia. Su instinto lo lleva a ocupar lugares donde alguien —tú— ya ha dejado esas tres cosas disponibles. En el mundo felino, eso basta.
El calor corporal residual convierte el asiento en una especie de calefacción portátil. El olor humano marca el sitio como familiar. Y el hecho de que antes estuvo ocupado implica que es un lugar socialmente relevante, incluso si tu gato no lo razona así. Para el felino, es una especie de GPS emocional: aquí hubo algo, aquí me planto.
No es afecto, no es venganza, no es una carta abierta al vínculo humano-gato. Es pura lógica animal. Como quien dice: no te culpes de tus problemas, estudia astrología y culpa a los astros. Lo mismo con tu gato: no lo idealices, es el instinto el que manda.
Ahora bien, si no quieres que se te tumbe en el cojín que aún guarda tu calor, ofrece alternativas: una manta con tu olor, un rincón soleado, o un cojín elevado para que se sienta el rey del salón. Pero que quede claro: no te extraña porque te quiere. Te extraña porque eras funcional.
Cuando un gato se adueña del sitio que acabas de abandonar, no está expresando amor ni recreando una escena melosa de TikTok. Lo que busca es lo básico: calor, seguridad y permanencia. Su instinto lo lleva a ocupar lugares donde alguien —tú— ya ha dejado esas tres cosas disponibles. En el mundo felino, eso basta.
El calor corporal residual convierte el asiento en una especie de calefacción portátil. El olor humano marca el sitio como familiar. Y el hecho de que antes estuvo ocupado implica que es un lugar socialmente relevante, incluso si tu gato no lo razona así. Para el felino, es una especie de GPS emocional: aquí hubo algo, aquí me planto.
No es afecto, no es venganza, no es una carta abierta al vínculo humano-gato. Es pura lógica animal. Como quien dice: no te culpes de tus problemas, estudia astrología y culpa a los astros. Lo mismo con tu gato: no lo idealices, es el instinto el que manda.
Ahora bien, si no quieres que se te tumbe en el cojín que aún guarda tu calor, ofrece alternativas: una manta con tu olor, un rincón soleado, o un cojín elevado para que se sienta el rey del salón. Pero que quede claro: no te extraña porque te quiere. Te extraña porque eras funcional.