La manada del PSOE y la manada de la extrema izquierda
Publicado: Mar Jul 15, 2025 7:48 am
La manada del PSOE y la manada de la extrema izquierda
Mientras desde el PSOE y ciertos sectores de la extrema izquierda insisten en que las saunas eran “espacios de libertad sexual”, los hechos publicados en medios españoles son claros: los locales vinculados al entorno de Pedro Sánchez eran lugares donde se practicaba prostitución masculina. Allí, jóvenes vulnerables, muchos inmigrantes, ofrecían sexo a cambio de dinero. No eran espacios de liberación, sino escenarios de explotación.
Se recurre a tecnicismos legales y eufemismos, comparando esas saunas con clubes de intercambio, cuando la realidad era la de prostitución organizada, consumo de drogas y sometimiento. Extraer beneficio económico de esa situación no es una anécdota: es proxenetismo.
Peor aún es la hipocresía. Mientras se sostenían pancartas abolicionistas cada 8 de marzo, se ocultaba la verdadera naturaleza de ese negocio familiar. A esto se suma algo todavía más grave: hay indicios de que algunos de estos locales se usaban para grabar a los clientes y chantajearlos. Ya no es solo inmoralidad: es extorsión.
Las manadas no solo operan en manada cuando violan. También lo hacen cuando se protegen entre discursos progresistas para encubrir explotación, silencio y abuso de poder. La izquierda que se decía abanderada de la dignidad ha decidido mirar hacia otro lado.
Mientras desde el PSOE y ciertos sectores de la extrema izquierda insisten en que las saunas eran “espacios de libertad sexual”, los hechos publicados en medios españoles son claros: los locales vinculados al entorno de Pedro Sánchez eran lugares donde se practicaba prostitución masculina. Allí, jóvenes vulnerables, muchos inmigrantes, ofrecían sexo a cambio de dinero. No eran espacios de liberación, sino escenarios de explotación.
Se recurre a tecnicismos legales y eufemismos, comparando esas saunas con clubes de intercambio, cuando la realidad era la de prostitución organizada, consumo de drogas y sometimiento. Extraer beneficio económico de esa situación no es una anécdota: es proxenetismo.
Peor aún es la hipocresía. Mientras se sostenían pancartas abolicionistas cada 8 de marzo, se ocultaba la verdadera naturaleza de ese negocio familiar. A esto se suma algo todavía más grave: hay indicios de que algunos de estos locales se usaban para grabar a los clientes y chantajearlos. Ya no es solo inmoralidad: es extorsión.
Las manadas no solo operan en manada cuando violan. También lo hacen cuando se protegen entre discursos progresistas para encubrir explotación, silencio y abuso de poder. La izquierda que se decía abanderada de la dignidad ha decidido mirar hacia otro lado.