Foros Toreros

Tragedia en Campo Pequeno: Muere el forcado Manuel Trindade tras grave cogida

El mundo taurino portugués está de luto tras la trágica muerte de Manuel Maria Trindade, un joven forcado de tan solo 22 años, perteneciente al Grupo de Forcados Amadores de São Manços. El fatal desenlace ocurrió en la madrugada del sábado 23 de agosto de 2025, en el Hospital de São José de Lisboa, donde el joven permanecía en coma inducido tras sufrir una violenta cogida durante una corrida de rejones en la plaza de toros de Campo Pequeno.

El accidente tuvo lugar el viernes por la noche, durante la tercera corrida de la temporada en Lisboa, que marcaba la despedida de la histórica ganadería Vinhas, tras 75 años de existencia. Manuel Trindade, natural de São Miguel de Machede, en Évora, se disponía a realizar la primera pega de la noche frente a un toro de 695 kilos de la ganadería Vinhas. En su primer intento, el animal lo embistió con fuerza contra las tablas, provocándole un impacto devastador que lo dejó inconsciente en el ruedo. La cogida, de extrema gravedad, le causó una hemorragia significativa y una lesión cerebral irreversible, además de otras heridas severas.

Inmediatamente, los servicios médicos de la plaza, apoyados por la Unidad Móvil de Emergencia y Reanimación (VMER) del Hospital de Santa Maria, estabilizaron al forcado en la enfermería de Campo Pequeno antes de trasladarlo con ventilación asistida al Hospital de São José. A pesar de los esfuerzos del equipo médico multidisciplinar, que inicialmente confiaba en que las próximas 72 horas serían cruciales para evaluar la evolución de la inflamación cerebral, las lesiones resultaron irreversibles. Trindade ingresó en estado de muerte cerebral, y su fallecimiento fue confirmado pocas horas después.

Manuel Trindade era una joven promesa del mundo de los forcados, una tradición profundamente arraigada en la tauromaquia portuguesa, donde un grupo de ocho hombres se enfrenta al toro a cuerpo limpio para inmovilizarlo en la suerte conocida como "pega". Su valentía y compromiso con esta práctica tradicional le habían ganado el respeto de sus compañeros y de la afición. La corrida, que contó con tres cuartos de entrada y la participación de rejoneadores como Ana Batista, Filipe Gonçalves y Andrés Romero, quedó ensombrecida por este trágico suceso, que ha conmocionado al ambiente taurino.

La noticia de su muerte ha generado una oleada de pesar en Portugal y más allá. En redes sociales, aficionados, compañeros y asociaciones taurinas han expresado su dolor y han enviado condolencias a la familia de Manuel, así como al Grupo de Forcados Amadores de São Manços, que este año celebraba su 60 aniversario.

Desde la Tertulia Taurina Porvenir, se destacó el impacto de esta pérdida: “El toreo vuelve a vestirse de luto. Nos deja el forcado Manuel Trindade, tras la grave lesión sufrida ayer en Campo Pequeno. Enviamos nuestro más sentido pésame a su familia, compañeros de grupo y a toda la afición portuguesa”.

El fallecimiento de Manuel Trindade no solo representa una pérdida irreparable para sus seres queridos y la comunidad taurina, sino que también pone de relieve los riesgos inherentes a la práctica de los forcados, una expresión de valentía y tradición que, aunque admirada, conlleva peligros extremos. La plaza de Campo Pequeno, testigo de esta tragedia, guardará en su memoria el nombre de Manuel Trindade, un joven que dio su vida por la pasión que lo definía.Desde estas líneas, extendemos nuestras condolencias a la familia, amigos y compañeros de Manuel. Descanse en paz.
Última pega de Manuel Trindade, un toro de casi 700 kilogramos, el drama sucede en segundos

Esto ya no es debate sobre toros o no toros. Es perder la medida humana, la empatía que debería unirnos a todos, más allá de las aficiones.

Lo grave es que se naturaliza. Hoy celebran la cornada mortal de un muchacho; mañana no les tiembla insultar o golpear al que duerme en un cajero.

La vida sigue; soy más de corridas de toros que de rejoneo; y esto de los forcados no lo entiendo muy bien; pero los entendidos en ello saben lo que hacen, y subo este vídeo: la vida sigue.

Hay frases que clavan cuchillos: reír la muerte de un hombre es poner la risa al servicio de la barbarie.

Hollywood enseñó a llorar por el caballo cansado mientras el indio caía masacrado. Esa doble moral se nos ha pegado como un veneno.

Me parece una radiografía perfecta: perdimos el humanismo clásico y lo cambiamos por una ética importada, hueca y contradictoria.

Si lo piensas, es lo mismo: celebrar la muerte de un torero, hostigar al mendigo, apalear al emigrante. Distintos escenarios, un mismo instinto de crueldad.

El Mediterráneo nos dejó la idea de dignidad humana; los anglosajones, la ley del más fuerte camuflada de moral. Lo segundo se está imponiendo.

Antes discutías con un antitaurino y defendía su postura sin cruzar esa línea. Hoy se ha roto el tabú. Y un tabú roto nunca vuelve a su sitio.