El triunfador silencioso de las Corridas Generales de Bilbao 2025: el asiento vacío
Publicado: Lun Ago 25, 2025 6:10 pm
El triunfador silencioso de las Corridas Generales de Bilbao 2025: el asiento vacío
Las Corridas Generales de Bilbao, celebradas del 17 al 23 de agosto en la icónica plaza de Vista Alegre, terminaron con un protagonista inesperado: el asiento vacío. Ni los carteles de relumbrón ni el esfuerzo de la empresa lograron llenar unos tendidos que, por momentos, parecían un campo de cemento. Algún abonado en sol lo resumía con ironía: “Esto ya no es la Bilbao que yo conocí”.
Un ciclo reducido con grandes expectativas
La empresa BMF había preparado un ciclo más corto: seis corridas de toros, una novillada picada y dos sin picadores. Había figuras —Morante, Talavante, Roca Rey— y ganaderías de prestigio como Fuente Ymbro o Victoriano del Río. El cartel anunciador, con un toro emergiendo de un fosterito del metro, gustó en redes y buscaba modernizar la feria. Pero ni la estética ni los nombres consiguieron arrastrar público: los tendidos de 14.781 asientos se veían tristes, sobre todo en jornadas sin Roca Rey.
La realidad de los tendidos
El contraste con el pasado fue duro. En 2007 llegaron a pasar 105.000 espectadores por Vista Alegre; en 2025, salvo las dos tardes del peruano, la plaza no pasó de los tres cuartos de entrada. Hubo días con apenas un cuarto de aforo y, en la corrida de Dolores Aguirre del 19 de agosto, la impresión era desoladora. Un vendedor de pipas comentaba resignado: “Hoy no vendo ni la bolsa entera”. Los aplausos, cuando los había, sonaban huecos.
Factores de la crisis
El Ayuntamiento de Bilbao tampoco ayuda: la feria ya no figura en el programa oficial de Aste Nagusia, y el concurso de rabo de toro fue sustituido por otro… de pasta. Un gesto simbólico, pero claro: la tauromaquia se borra del escaparate festivo.
La empresa, por su parte, apostó por la calidad y redujo festejos, pero eliminó también la corrida de rejones y la del segundo domingo, que muchos consideraban parte de la identidad de Bilbao. Al final, la feria se volvió demasiado dependiente de Roca Rey, mientras que las figuras emergentes no lograron enganchar al público.
A esto se suma un cambio social evidente. Pese a los precios reducidos para jóvenes —2,5 euros en galería de sol—, no hubo relevo generacional en los tendidos. Un grupo de chavales en la puerta lo decía claro: “Ni regaladas venimos a todas”.
El prestigio en juego
Vista Alegre sigue teniendo peso. Triunfar en Bilbao continúa siendo una distinción alta. El toro de Fuente Ymbro volvió a mostrarse bravo y los encastes variados recordaron que la empresa mantiene su apuesta por la calidad. Pero en el ambiente flotaba otra sensación: que el prestigio de la feria, sin público, está “pendiendo de un hilo”.
Un futuro incierto
El asiento vacío ha ganado la partida en 2025. Ni los precios accesibles ni la inclusión de eventos como el Memorial Iván Fandiño lograron revertir la tendencia. En la ciudad se comenta que, sin un cambio fuerte —apoyo institucional, campañas culturales, más conexión con la afición local—, la plaza corre el riesgo de convertirse en una reliquia.
Un veterano abonado lo resumió al salir de Vista Alegre: “El toro sigue siendo toro, pero aquí falta Bilbao”.
Las Corridas Generales de Bilbao, celebradas del 17 al 23 de agosto en la icónica plaza de Vista Alegre, terminaron con un protagonista inesperado: el asiento vacío. Ni los carteles de relumbrón ni el esfuerzo de la empresa lograron llenar unos tendidos que, por momentos, parecían un campo de cemento. Algún abonado en sol lo resumía con ironía: “Esto ya no es la Bilbao que yo conocí”.
Un ciclo reducido con grandes expectativas
La empresa BMF había preparado un ciclo más corto: seis corridas de toros, una novillada picada y dos sin picadores. Había figuras —Morante, Talavante, Roca Rey— y ganaderías de prestigio como Fuente Ymbro o Victoriano del Río. El cartel anunciador, con un toro emergiendo de un fosterito del metro, gustó en redes y buscaba modernizar la feria. Pero ni la estética ni los nombres consiguieron arrastrar público: los tendidos de 14.781 asientos se veían tristes, sobre todo en jornadas sin Roca Rey.
La realidad de los tendidos
El contraste con el pasado fue duro. En 2007 llegaron a pasar 105.000 espectadores por Vista Alegre; en 2025, salvo las dos tardes del peruano, la plaza no pasó de los tres cuartos de entrada. Hubo días con apenas un cuarto de aforo y, en la corrida de Dolores Aguirre del 19 de agosto, la impresión era desoladora. Un vendedor de pipas comentaba resignado: “Hoy no vendo ni la bolsa entera”. Los aplausos, cuando los había, sonaban huecos.
Factores de la crisis
El Ayuntamiento de Bilbao tampoco ayuda: la feria ya no figura en el programa oficial de Aste Nagusia, y el concurso de rabo de toro fue sustituido por otro… de pasta. Un gesto simbólico, pero claro: la tauromaquia se borra del escaparate festivo.
La empresa, por su parte, apostó por la calidad y redujo festejos, pero eliminó también la corrida de rejones y la del segundo domingo, que muchos consideraban parte de la identidad de Bilbao. Al final, la feria se volvió demasiado dependiente de Roca Rey, mientras que las figuras emergentes no lograron enganchar al público.
A esto se suma un cambio social evidente. Pese a los precios reducidos para jóvenes —2,5 euros en galería de sol—, no hubo relevo generacional en los tendidos. Un grupo de chavales en la puerta lo decía claro: “Ni regaladas venimos a todas”.
El prestigio en juego
Vista Alegre sigue teniendo peso. Triunfar en Bilbao continúa siendo una distinción alta. El toro de Fuente Ymbro volvió a mostrarse bravo y los encastes variados recordaron que la empresa mantiene su apuesta por la calidad. Pero en el ambiente flotaba otra sensación: que el prestigio de la feria, sin público, está “pendiendo de un hilo”.
Un futuro incierto
El asiento vacío ha ganado la partida en 2025. Ni los precios accesibles ni la inclusión de eventos como el Memorial Iván Fandiño lograron revertir la tendencia. En la ciudad se comenta que, sin un cambio fuerte —apoyo institucional, campañas culturales, más conexión con la afición local—, la plaza corre el riesgo de convertirse en una reliquia.
Un veterano abonado lo resumió al salir de Vista Alegre: “El toro sigue siendo toro, pero aquí falta Bilbao”.