Fernando Adrián y el indulto a Batidero de Román Sorando
Publicado: Mié Ago 27, 2025 12:24 pm
Fernando Adrián y el indulto a Batidero de Román Sorando
El 26 de agosto de 2025, la plaza de toros de Cuenca vivió un acontecimiento histórico: el indulto de Batidero, un extraordinario toro de Román Sorando, por obra del madrileño Fernando Adrián. En plena Feria de San Julián, y con la plaza entregada, la tarde se transformó en un hito que engrandeció el nombre del torero y consolidó su idilio con la afición conquense.
Batidero, colorado ojo de perdiz de 541 kilos, impuso respeto desde su salida. Bajo de tipo, con pitones acodados y una embestida de clase y bravura, fue recibido por Adrián de rodillas a la verónica, gesto que prendió la mecha de una faena que crecería en intensidad. La muleta celeste y plata del torero madrileño se compenetró con el toro hasta trazar naturales largos y derechazos hondos que hicieron rugir los tendidos.
La faena fue un canto al temple. Hubo adornos, pases por la espalda, series de rodillas, pero sobre todo toreo fundamental, macizo y sincero. Batidero embistió con entrega inagotable y la plaza entera pidió el indulto. El presidente, atendiendo a la bravura del animal y la vibración de la faena, concedió el pañuelo naranja. El toro volvió vivo a los corrales de Navalentisco y Fernando Adrián paseó las dos orejas y el rabo simbólicos entre un clamor.
El conjunto de la corrida resultó redondo: Adrián ya había cortado dos orejas al segundo, Daniel Luque desorejó al cuarto y Pablo Aguado hizo lo propio con el sexto. La terna salió a hombros junto al ganadero, mientras Cuenca se coronaba como escenario de una tarde irrepetible.
Para Adrián, el indulto de Batidero se suma a los logrados en Pontevedra y Sobral en este mismo 2025, confirmando su ascenso. La Feria de San Julián, marcada al inicio por ausencias sonadas, se convirtió en escaparate de grandeza y en testimonio de que la tauromaquia sigue creando instantes eternos.
El 26 de agosto de 2025, la plaza de toros de Cuenca vivió un acontecimiento histórico: el indulto de Batidero, un extraordinario toro de Román Sorando, por obra del madrileño Fernando Adrián. En plena Feria de San Julián, y con la plaza entregada, la tarde se transformó en un hito que engrandeció el nombre del torero y consolidó su idilio con la afición conquense.
Batidero, colorado ojo de perdiz de 541 kilos, impuso respeto desde su salida. Bajo de tipo, con pitones acodados y una embestida de clase y bravura, fue recibido por Adrián de rodillas a la verónica, gesto que prendió la mecha de una faena que crecería en intensidad. La muleta celeste y plata del torero madrileño se compenetró con el toro hasta trazar naturales largos y derechazos hondos que hicieron rugir los tendidos.
La faena fue un canto al temple. Hubo adornos, pases por la espalda, series de rodillas, pero sobre todo toreo fundamental, macizo y sincero. Batidero embistió con entrega inagotable y la plaza entera pidió el indulto. El presidente, atendiendo a la bravura del animal y la vibración de la faena, concedió el pañuelo naranja. El toro volvió vivo a los corrales de Navalentisco y Fernando Adrián paseó las dos orejas y el rabo simbólicos entre un clamor.
El conjunto de la corrida resultó redondo: Adrián ya había cortado dos orejas al segundo, Daniel Luque desorejó al cuarto y Pablo Aguado hizo lo propio con el sexto. La terna salió a hombros junto al ganadero, mientras Cuenca se coronaba como escenario de una tarde irrepetible.
Para Adrián, el indulto de Batidero se suma a los logrados en Pontevedra y Sobral en este mismo 2025, confirmando su ascenso. La Feria de San Julián, marcada al inicio por ausencias sonadas, se convirtió en escaparate de grandeza y en testimonio de que la tauromaquia sigue creando instantes eternos.