Tengo todo a favor de Palestina y tengo todo en contra de Hamás
Publicado: Vie Sep 12, 2025 6:38 pm
Tengo todo a favor de Palestina y tengo todo en contra de Hamás
Los palestinos tienen derecho a vivir con dignidad, a tener su tierra, a sentirse seguros y a soñar con un futuro mejor. Ese mismo derecho lo tienen también los israelíes, que han buscado protegerse frente a los ataques. El problema es que Hamás no da nada de eso a su propia gente: no les da dignidad, ni tierra, ni seguridad, ni futuro. Solo los mete en un ciclo de violencia que no acaba nunca.
Apoyar a Palestina significa estar del lado de su gente inocente, de los que sufren en medio del conflicto. Lo mismo vale para Israel, donde los civiles tampoco tienen por qué vivir con miedo a cohetes o atentados. La vida de la gente común debería ser lo más importante. Pero a Hamás le da igual: usa a los palestinos como escudos y convierte a los israelíes en blanco de sus ataques. Así se pierde todo respeto a la vida humana.
Tanto palestinos como israelíes necesitan una salida política. La única forma de parar esto es que existan acuerdos reales que les permitan vivir en paz. Sin un proceso de negociación, lo único que queda es guerra tras guerra. Pero Hamás no quiere saber nada de eso: no reconoce a Israel, bloquea cualquier diálogo y arrastra a todos a un callejón sin salida.
Apoyar a Palestina también es respetar su historia, su lengua y su cultura. Igual de importante es reconocer la identidad y la tradición judía. Son dos pueblos con raíces profundas y valiosas. Pero Hamás lo reduce todo a su propia visión religiosa, cerrada y excluyente. No acepta diversidad ni convivencia, y eso termina asfixiando a los mismos palestinos a los que dice defender.
Los palestinos tienen derecho a vivir con dignidad, a tener su tierra, a sentirse seguros y a soñar con un futuro mejor. Ese mismo derecho lo tienen también los israelíes, que han buscado protegerse frente a los ataques. El problema es que Hamás no da nada de eso a su propia gente: no les da dignidad, ni tierra, ni seguridad, ni futuro. Solo los mete en un ciclo de violencia que no acaba nunca.
Apoyar a Palestina significa estar del lado de su gente inocente, de los que sufren en medio del conflicto. Lo mismo vale para Israel, donde los civiles tampoco tienen por qué vivir con miedo a cohetes o atentados. La vida de la gente común debería ser lo más importante. Pero a Hamás le da igual: usa a los palestinos como escudos y convierte a los israelíes en blanco de sus ataques. Así se pierde todo respeto a la vida humana.
Tanto palestinos como israelíes necesitan una salida política. La única forma de parar esto es que existan acuerdos reales que les permitan vivir en paz. Sin un proceso de negociación, lo único que queda es guerra tras guerra. Pero Hamás no quiere saber nada de eso: no reconoce a Israel, bloquea cualquier diálogo y arrastra a todos a un callejón sin salida.
Apoyar a Palestina también es respetar su historia, su lengua y su cultura. Igual de importante es reconocer la identidad y la tradición judía. Son dos pueblos con raíces profundas y valiosas. Pero Hamás lo reduce todo a su propia visión religiosa, cerrada y excluyente. No acepta diversidad ni convivencia, y eso termina asfixiando a los mismos palestinos a los que dice defender.