Foros Toreros

Te habla de toros el músico Sting; y uno de los Bardem, Carlos. Elige

¡A un lado, Bardem, Carlos, de los Bardem!

Carlos Bardem es hijo de Pilar Bardem, una famosísima actriz (¿comunista?) y jefa del sindicato del cine. Este hombre como podéis escuchar tiene nociones equivocadas sobre los toros bravos (y sobre tantas otras cosas). Su madre hizo muchas películas -pero el cine español "sobrevive" no por su producción, sino por la constante subvención-. El apellido le dejó una fama de la que vive. Porque como actor, le dan papeles secundarios; como novelista, no rompe; como guionista... no parece multiplicar los bienes del "cortijo Bardem" una extensa familia que incluye abuelos y tíos dedicados a la actuación. Es muy de izquierda; pero no de pedir democracia en Cuba o en Venezuela. En este vídeo de Bardem, Carlos, habla de toros bravos (y aunque parezca un chiste, lo dice en serio: "de chihuahuas bravos") y habla de toros bravos mientras presenta una película, Barac, creo; pero importa lo que dice en el vídeo de los toros bravos.

¡Y en frente está Sting, el músico!

Sting no es hijo de cantantes, no es nieto de gente del espectáculo, Sting se construyó a sí mismo desde cero: hijo de un lechero y una peluquera de Newcastle -Inglaterra- se abrió camino con su bajo en pubs ingleses hasta fundar The Police, una de las bandas más influyentes del rock. Tras el éxito mundial, emprendió una carrera en solitario donde fusionó jazz, pop y sonidos étnicos, logrando reconocimiento no por un apellido heredado, sino por una voz única y un talento inconfundible. Ha ganado más de una veintena de premios Grammy, ha vendido millones de discos y, aunque también se ha pronunciado en política, su prestigio se sostiene en la música, no en la subvención ni en una red familiar de artistas. Y este es el vídeo en el que Sting habla de sus actuaciones en plazas de toros y de la reflexión que le produce actuar en un recinto tan especial como una plaza de toros.

Intervención de Sting
Bueno, quiero decir, nunca fui aficionado a la tauromaquia; nunca he visto una corrida; pero siempre era emocionante estar en el vestuario de ese torero, ya sabes, y podías oler a los toros; y entonces te das cuenta de que el entretenimiento de la corrida, el drama y el teatro están todos muy conectados en una plaza de toros. Y eso te recuerda al trabajo que haces. Básicamente eres un gladiador (salta el gato: y aquí está mi amigo otra vez). Así que siempre disfruto tocar en las plazas de toros, aunque la tauromaquia no sea para mí. Yo estaría demasiado asustado.

Bardem queda como un fascista: prohibir, prohibir; yo sé; son ignorantes los aficionados, malas personas. Por el contrario, Sting le da una lección de respeto a Bardem como nadie en su entorno le ha enseñado nunca a este heredero del cortijo Bardem.

Bardem confunde el toro bravo con cualquier res. El toro de lidia es distinto: nace para la pelea, no para el establo, y su fuerza no se disimula.

Reducir la lidia a simple violencia es tan pobre como decir que una sinfonía es solo ruido. La plaza de toros es arquitectura, rito, emoción compartida.

El toro está presente en Goya, Picasso, Hemingway, Lorca… ¿Es que todos ellos no entendieron nada? El arte lo reconoció siempre como símbolo universal.

Un refrán viejo advierte: nunca te acerques al toro por ningún lado. El aficionado lo sabe, y quien no lo respeta desconoce la naturaleza de este animal.

En el ruedo, el toro percibe que lucha por su vida. Y ahí, en ese instante, surge el verdadero arte del toreo: medir fuerzas, voluntad y destino.

Más vale un Sting que un rebaño de Bardems ¡para lo que sea! los Bardems son un clan que maneja un cortijo, pero que lo que producen en el cortijo sale ya caducado.