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Yolanda Díaz: ¡Queda Gobierno de corrupción para rato, sigan así!

En apenas una frase, la vicepresidenta del Gobierno Yolanda Díaz logra condensar la confianza, la sospecha y el disparate. "Gobierno de corrupción para rato" va a ser la frase que alegre la tarde, la noche y la mañana en las redes sociales. Desde hacía mucho una equivocación política no había tenido tanto éxito en la calle.

Y es que hay nervios en el ambiente; un periodista cacarea como si los micrófonos fueran gallineros; y una comentarista parpadea incrédula y abandona la mesa al sentirse agredida con el cacareo machista.

La vicepresidenta, con esta joya oratoria, parece no comprender del todo la gravedad de la escena. No puede hablar más de cinco minutos sin caer en el empalago, el empacho de sí misma y la saturación de su audiencia. Pero ahí sigue. Y ahí la esperamos, en su próximo “desliz elocuente”, consecuencia de una retórica hueca que, por las escasas habilidades locutorias de la vicepresidenta, debe apoyarse en hechos reales para proseguir con su pertinaz locuacidad. Como resultado, suelta verdades como puños allí donde pretendía marcar el gol de la tarde: tenemos Gobierno de corrupción para rato.

Si esto es un error, que no la dejen ensayar… que siga hablando así, que al menos dice verdades sin darse cuenta.

Lo mejor de todo no fue la frase, sino las caras alrededor: parecía una escena de comedia barata.

Cuando la retórica se vacía, las palabras se vuelven sinceras sin quererlo. Ella no patinó: se resbaló con su propio discurso.

Más que lapsus, yo lo llamaría sinceridad involuntaria. Un clásico en esta legislatura.

Nunca un “desliz” sonó tan afinado. Hasta el gallinero mediático aplaudió sin saber si reír o llorar.

La comentarista que se fue indignada por el cacareo es la metáfora perfecta: esto ya no es política, es un sainete.

Lo peor es que ni siquiera se dio cuenta. Y lo mejor… que todos sí.

En otros tiempos esto costaba un ministerio. Hoy se celebra como si fuera un trending topic.

A ver si la próxima vez en lugar de hablar prepara un playback. Al menos no se traiciona sola.