Foros Toreros

Carla Otero y el giro de su muleta: del ruedo a la enseñanza

La novillera Carla Otero, natural de Valdeaveruelo (Guadalajara), ha dado un inesperado paso en su carrera taurina al incorporarse al cuadro docente de la Escuela Taurina de Madrid “José Cubero Yiyo”. Apenas dos años después de su debut con picadores, la joven torera cambia el traje de luces por el de profesora, en una transición que ha despertado tanto curiosidad como escepticismo dentro del mundo taurino.

Otero fue una de las grandes promesas de su generación. Con temple y decisión, debutó en 2022 y llegó a conquistar el prestigioso “Zapato de Plata” de Arnedo. Pero la cornada sufrida en 2023 en El Casar, tan seria como aleccionadora, detuvo su proyección y la obligó a mirar el toreo desde otro ángulo. Esa herida, lejos de ser un final, parece haberse transformado en un punto de partida: enseñar a otros lo que el toro le enseñó a ella.

La Escuela “Yiyo”, bajo la dirección de Fernando Robleño, la ha recibido como parte de su nuevo equipo de formadores. Su misión será acompañar a los alumnos más jóvenes, esos que sueñan con sentir el peso del traje de luces y la soledad del albero. Carla aportará su frescura, su manera de interpretar el toreo y, sobre todo, la lección de que el valor no consiste solo en ponerse delante del toro, sino también en levantarse después.

Su bagaje profesional es escaso: debutó con picadores en 2022, sufrió una cornada grave en 2023 y ha estado parada… ¿es eso lo que debe enseñar a futuros toreros?

Se retiró, o mejor dicho, tuvo que hacer un parón tras una cornada grave por error propio. Enseñar que se equivoque un alumno como ella lo hizo, no me convence.

Hay mujeres toreras con mayor trayectoria y bagaje que podrían estar en ese puesto docente antes que ella; no es cuestión de género, pero de mérito.

Cuando una asume el rol de formadora debe tener no solo experiencia sino éxitos contrastados en plazas de primera fila; con los novillones y pocos festejos que tiene, la veo verde.

Demasiado joven para ejercer como profesora. Tiene 21 años, ¿qué experiencia real puede aportar aparte de lo que aún debe aprender ella misma?

Su incorporación parece más un movimiento mediático que una cuestión realmente formativa. Una novillera joven, pulida aún por pulirse, ¿puede dar una base sólida?

El toreo es entrega y muchos triunfos, no solo valor. ¿Qué le puede transmitir exactamente a alumnos que buscan puerta grande si apenas ha tenido tiempo de abrirla?

Podría estar bien como asistente o co-formadora, pero asumir directamente la enseñanza principal a noveles me parece prematuro. Mejor que acumule más ruedo.

“El papel de profesora de una escuela taurina exige conocimiento del toro, saber técnico y psicológico, así como manejo de alumnos… No basta con ‘haber toreado’. ¿Está ella preparada también para lo pedagógico?”