Pedro Sánchez se ha dejado a muchos españoles fuera de su esquema protofascista: todo partido por dos, a favor o en contra. Y no es así, los toros dejan a mucha gente indiferentes.

El toro de Madrid tienen que ser todos los toros que embistan, incluyendo ganaderías duras y las del tipo Domecq. Y ese es el toro de Madrid, mejor de 500 que no de 600 con movilidad y fuerza.

Fernando Robleño es un guerrero de los ruedos, con una trayectoria de "reses duras" no es bagaje suficiente para ser director de la Escuela Taurina de Madrid.

Yo lo que no entiendo es cómo se salva la cabalgata y se condena al toro. Incoherencias de quienes no saben ni lo que votan.

Olé por la del abanico: sin micro, sin guion y con más gracia que todo el balcón.

Me cuesta entender por qué se niegan. Adrien Tixier, su propio ministro del Interior, documentó la magnitud de la represión en esos meses.

Y ojo, que en la historia de La México ocupa el cuarto lugar con más faenas de dos orejas, con 16. Eso lo pone en un sitio privilegiado dentro del escalafón histórico del coso.

México necesita toros bravos, toros encastados, toros fieros; desde hace unas cuantas temporadas esos toros no se ven en las plazas de México.

Ver a Broncano sentado en el sofá es la última trinchera de los que nunca estuvieron en mayo del 68; de los que nunca corrieron detrás de los grises en la transición; de los que nunca supieron muy bien que la división del mundo entre demócratas y fascistas era un engaño para atrapar tontos. Hoy, una...

Y aún así, el Ministerio la desprecia. Increíble.