Bullfighting: A Spanish Martial Art? Por Karl-Gustel Wärnberg. Traducido

[El_Estudiante]

El artículo titulado "¿La tauromaquia: Un arte marcial español?" escrito por Karl-Gustel Wärnberg en la página web "European Conservative" os lo traduzco al español.

Recuerdo asistir a una corrida de toros cuando era niño y me impresionó la nobleza distinta del toro. La música, los aficionados bien vestidos y el llanto de las lágrimas, junto con los aplausos y las carcajadas, se mezclaban en un cóctel bien agitado de exceso estético. Pero después de todo, era el toro el que estaba en el corazón del drama: cabeza levantada, pezuña barriendo la arena cuidadosamente rastrillada, cargando contra el matador con toda la fuerza de una bestia con intención de matar. El drama de la corrida de toros es perfecto en su simplicidad, pero la simplicidad es fingida, ya que el arte de la tauromaquia solo es posible en una forma altamente ritualizada.

Nadie ha hecho más justicia a la corrida de toros que Hemingway en su magnífico "Muerte en la tarde". El ritual de la lucha se disecciona en sus partes más finas, llevando al lector detrás de escena y a través de la historia hasta el desarrollo y perfección del arte. Y de hecho, es un arte, uno que se realiza en tres actos distintos. El primer acto da la bienvenida a los picadores, montados a caballo y armados con lanzas que se clavan en los impresionantes músculos del hombro del toro. El segundo acto ve a los banderilleros correr hacia el toro, saltar al aire y colocar dos banderillas (una varilla redonda, de setenta centímetros de largo, envuelta en papel de colores con una punta de acero en forma de arpón) en el mismo músculo del cuello. La intención es bajar la cabeza del toro relajando el músculo, ningún matador puede alcanzar la orgullosa cabeza del toro que viene si el cuello del toro no está relajado. En el acto final, el matador solo se enfrenta al toro, blandiendo una capa roja conocida como muleta y una espada, que en el momento adecuado se clavará en la espalda del toro, entre sus omóplatos.

La descripción anterior es muy simplificada y es difícil hacer justicia a un fenómeno cultural. Pero aunque el boceto aproximado del drama ha sido descrito anteriormente, por sí solo no revela el fin o el verdadero propósito de la forma de arte. El matador, el hombre que se enfrenta al toro, estaría normalmente en una gran desventaja, si no sabe cómo bailar con el toro. Un toro es una bestia inteligente: rápido, fuerte, armado con dos cuernos afilados y una inteligencia que está criada para causar estragos. Dicho de otra manera, está criado para tener un coeficiente intelectual de lucha. Un toro debe ser matado al final de la pelea, porque un toro que ha luchado una vez y ha sobrevivido es un toro mortal en una segunda pelea, habiendo aprendido con qué se enfrenta. Es en el dominio del toro, en la dominación de este formidable oponente al doblegarlo a la voluntad del matador, donde existe la emoción. El matador tiene el control del peligro en el que se pone, y cuanto más cerca puede hacer que el toro cargue y golpee, más impresionante es. Hemingway lo dejó escrito así:

Toda brillantez es imposible a menos que el matador tenga la ciencia y el valor para acercarse tanto al toro que lo haga confiado y trabaje en sus instintos contra sus inclinaciones y luego, cuando lo haya hecho cargar unas cuantas veces, lo domine y casi lo hipnotice con la muleta.

¿En qué sentido, entonces, es esto un arte marcial? Las artes marciales son combates ritualizados, competiciones donde se mide el valor y la determinación del atleta. Una corrida de toros abarca todos estos aspectos de una manera que otras competiciones, como los concursos de bofetadas como Power Slap, no lo hacen. De hecho, mirando la historia del atletismo, encontramos el boxeo y la lucha en las culturas más tempranas, pero incluso antes, encontramos concursos con toros, como los antiguos eventos minoicos (2000-1450 a.C.) donde los jóvenes saltaban sobre la espalda de un toro. Como cualquier artista marcial, el matador camina con un orgullo exagerado, demostrando a los aficionados que no teme a nada. Pero igualmente, el toro es el valiente, y es juzgado por su coraje. Un toro cobarde es aquel que se niega a embestir, y aunque existen tales animales, la característica más común es un toro orgulloso que lucha hasta su último aliento, superado en número, superado en astucia, pero no sujeto a rendirse.

La moralidad de la corrida de toros es una cuestión completamente diferente. La cuestión se mantiene en suspenso aquí, ya que la lucha es en gran medida cultural y aquellos que no forman parte de la cultura pueden ser excusados de emitir un juicio moral sobre algo tan ajeno a sus propias vidas. Cualquier juicio moral, por supuesto, debería depender de si se considera que la corrida de toros es un mal intrínseco. Si es malo en sí mismo, uno tiene el deber moral de condenarlo. Este artículo no es un intento de responder a esta cuestión tan debatida. Pero, para explorar la tauromaquia como un arte marcial, podríamos preguntarnos si hay alguna virtud en la tauromaquia, ¿cuál sería? Sugiero tres cosas. Primero, la tauromaquia celebra el coraje. Segundo, la tauromaquia une a la comunidad. Y tercero, la tauromaquia ritualiza la violencia, proporcionando una salida cultural que permite que los impulsos violentos inherentes al hombre se muestren sin desbordarse en conflictos violentos en la sociedad.

Naturalmente, puede haber muchas otras virtudes en la corrida de toros, pero estas tres características son comunes entre el boxeo, la lucha, la tauromaquia y la mayoría de las otras artes marciales. La tauromaquia utiliza tácticas similares a las del boxeo. De hecho, Hemingway describió el instinto del toro de retirarse a su "hogar" elegido, o lugar en el ruedo conocido como querencia, donde se siente seguro, antes de planificar un contraataque, afirmando:

En el boxeo, Gene Tunney fue un ejemplo de un contragolpeador; todos esos boxeadores que han durado más y han recibido menos castigo también han sido contragolpeadores. El toro, cuando está en querencia, contrarresta el golpe de espada con su cuerno cuando lo ve venir como el boxeador contrarresta un golpe, y muchos hombres han pagado con sus vidas, o con heridas graves, porque no sacaron al toro de su querencia antes de entrar a matar.

La corrida de toros seguirá fascinando, así como también chocando, molestando e hipnotizando. En otro libro, Fiesta, Hemingway afirmó: "Cualquier cosa capaz de despertar pasión a su favor seguramente despertará tanta pasión en su contra". Y así es con el boxeo, la lucha y las artes marciales mixtas (MMA). Si uno fuera a responder a los puritanos que denigran estos deportes, que han llevado a la civilización durante milenios, uno podría pedir a aquellos que tienen miedo de que alguien, en algún lugar, se esté divirtiendo que se releguen de manera segura a su propia miseria. Allí, para citar a Roger Scruton, pueden "aburrirse a muerte con sus inútiles panaceas para la vida eterna".

Karl-Gustel Wärnberg tiene una maestría en Historia de la Ciencia e Ideas de la Universidad de Uppsala. Es el editor en jefe de Fighter Magazine, la revista de artes marciales más antigua de Suecia.
https://europeanconservative.com/articl ... rtial-art/

[EmeTreinto]

Un artículo interesante, gracias por la traducción, destaco esta reflexión sobre la tauromaquia como arte marcial:
Pero, para explorar la tauromaquia como un arte marcial, podríamos preguntarnos si hay alguna virtud en la tauromaquia, ¿cuál sería? Sugiero tres cosas. Primero, la tauromaquia celebra el coraje. Segundo, la tauromaquia une a la comunidad. Y tercero, la tauromaquia ritualiza la violencia, proporcionando una salida cultural que permite que los impulsos violentos inherentes al hombre se muestren sin desbordarse en conflictos violentos en la sociedad.

[Leganito]

Hemingway afirmó: "Cualquier cosa capaz de despertar pasión a su favor seguramente despertará tanta pasión en su contra".

Tenemos que convivir con esto, igual que tenemos que soportar a los separatistas catalanes y vascos, con moderación, templanza y una sonrisa de superioridad. jajaja

[Taurologica]

Destaco esta frase: "El drama de la corrida de toros es perfecto en su simplicidad, pero la simplicidad es fingida" me parece muy oportuna