Frank Cuesta reaparece tras dos días duros: "Estoy vivo de milagro"

[Manolito_Gafotas]

Frank Cuesta reaparece tras dos días duros: "Estoy vivo de milagro"

Frank Cuesta, conocido cuidador de animales y presentador televisivo, ha sobrevivido a un incidente peligroso que lo mantuvo hospitalizado durante dos días. El suceso ocurrió cuando, al manipular unas ranas dardo en su refugio, que creía inofensivas por haber nacido en cautividad y no poseer veneno, se vio afectado por la toxina a raíz de la alimentación de estas con hormigas de fuego y arañas. Frank perdió el conocimiento por más de siete horas debido a la fiebre alta y fue hospitalizado justo a tiempo. Tras recuperarse y volver a su santuario, Cuesta reflexiona sobre la necesidad de no llevar adelante su proyecto en solitario y anuncia cambios futuros. Las ranas dardo son famosas por su veneno potencialmente mortal, un mecanismo de defensa contra predadores, originarias de América Central y del Sur.

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Vamos a salvar a Frank de la Jungla, Frank Wild o Frank Cuesta de muchos peligros con advertencias sobre animales venenosos, como el topo europeo:
¡Vaya con el topo europeo, quién diría! Frank, amigo, si te cruzas con uno, mejor no lo subestimes. Son pequeñitos pero tienen su truco con esa saliva venenosa. Imagínate si te toca una lombriz en otra vida, ¡no tienes escapatoria!

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Ayúdenme a salvar a Frank de la Jungla y los muchos venemos de los animales, aquí va otro. Que no es broma, oye, Frank, ten cuidado con los ornitorrincos si alguna vez vas a Australia. Aunque parezcan sacados de un cuento por su aspecto, esos espolones venenosos no son ninguna broma. No todo lo que es raro y bonito es inofensivo, recuérdalo para tu próxima aventura si caes por los territorios del ornitorrinco.

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Frank, ¿te has encontrado ya con el monstruo de Gila? Con ese nombre, casi espero que salga en una película de terror junto a ti. Pero en serio, si un bicho de esos te muerde, te esperan unos días de dolor que ni las peores resacas. Mejor lleva un botiquín, no vaya a ser que te toque improvisar un episodio de 'Supervivencia al límite'.

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La serpiente marrón rey, Frank, es una de esas criaturas que te recuerdan por qué Australia es el paraíso y el infierno para gente como tú. Aunque no haya ataques mortales recientes, una mordedura podría hacerte desear haber nacido lombriz. Si ves una, mejor hazte el muerto o corre más rápido que ella.

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¡La raya azul moteada! Frank, por favor, dime que te mantendrás lejos de esas aguas. No quiero encender la tele y enterarme de que has tenido un 'encuentro cercano' con una de ellas. Recuerda a Steve Irwin. La naturaleza es hermosa, pero también letal.

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Sobre la avispa de mar, Frank, esa sí que es la jefa final de los venenos marinos. Si alguna vez te topas con ella, espero que sea en un documental y no en persona. El mar es un mundo maravilloso, pero hay rincones que es mejor admirar desde la orilla, o mejor aún, desde el sofá de casa

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Y hablando del pez león, chicos, este hermoso pero letal habitante de los océanos con sus púas venenosas es todo un espectáculo visual. Con esos colores vibrantes y esas aletas que parecen diseñadas por un artista, te atrae y luego ¡zas!, te recuerda por qué la belleza natural a veces es peligrosa. Frank, si te cruzas con uno, mejor admíralo desde lejos, a menos que quieras probar cómo se siente ser una presa en el océano.

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Frank, Frank... La araña reclusa, ese bichito que te hace reconsiderar cada vez que metes la mano en un guante olvidado o calzas unos botines sin mirar. Pequeña, escurridiza y con un veneno que te puede dejar una marca para el recuerdo. Frank, en tu línea de trabajo, mejor sacude todo dos veces antes de usarlo. Nunca sabes cuándo una de estas 'reclusas' te puede dar un susto de muerte... literalmente.

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La vida es dura, Frank, y aquí tienes unos cuantos consejos para refrescar conocimientos, ¡ojo con la viuda negra!

La viuda negra, con ese nombre y fama, es la diva del mundo de las arañas. Pequeña, generalmente de un brillante negro con marcas rojas o anaranjadas, es la prueba de que en el reino animal, el tamaño no importa cuando se trata de peligrosidad. Sus neurotoxinas pueden darte una experiencia bastante desagradable, Frank. Así que, ya sabes, mejor no andes rompiendo corazones en el mundo arácnido.