Hábitos que nos hacen perder dinero y tener deudas .2

[MadridGratis]

Lo vemos cada día, en nuestros amigos, nuestros conocidos... una mala gestión de la economía nos lleva a asumir deudas que luego solo podemos pagar con sacrificios mayores. Comprar un coche mejor que el del vecino; ir más lejos y más días de vacaciones que el compañero de trabajo... Sigue una lista común a todo el mundo de errores que cometemos y nos llevan a tener deudas y en consecuencia, no podemos disfrutar de nuestro dinero.

2 Asumes que más adelante ganarás más dinero.

Todos soñamos con un mejor trabajo un aumento de salario, una promoción o asumimos que en el plazo de una semana, un mes o un año las cosas irán de otra manera y ganaremos más dinero.

Dar por supuesto que en el futuro más o menos cercano tendremos dinero suficiente para pagar los gastos de hoy, es un mal hábito que se volverá contra nosotros: además del crédito, ese gasto acarrea intereses.

El universitario piensa que encontrará un empleo, aunque esté mal pagado; el profesional, que firmará un nuevo contrato muy jugoso; el empleado, que recibirá un aumento, o que incluso le tocará la lotería.

Comprar a crédito con la tarjeta y aplazar el pago de estas compras sólo engorda los números rojos, aumenta nuestra deuda. Nadie garantiza que tengamos ese aumento, esa promoción, nadie garantiza que encontremos trabajo, ni que nos toque la lotería ¿no es cierto?

Romper este hábito es fácil aunque cuesta empezar no asumas que en el futuro todo irá mejor (también puede ir peor ¿correcto?) No compres a crédito, compra cuando tengas el dinero ahorrado. De este modo te ahorras los intereses, y evitas caer en la trampa de gastar más de lo que tienes.

Por otro lado si, en efecto, al cabo del tiempo dispones de más dinero no tendrás que emplearlo en pagar unos intereses por haber creado tu propia deuda.

No asumas que en el futuro todo te irá mejor no siempre todo lo que hemos dado por supuesto ha sucedido ¿cierto? Si haces las cuentas sin la huéspeda, como dice el dicho, y gastas hoy un dinero que "tendrás" en el futuro, estás hipotecando tu libertad económica tu capacidad de actuar: espera hasta que las buenas perspectivas, lo que asumimos, se haga realidad contante y sonante.