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Rusia tiene demasiados enemigos: Estados Unidos, Polonia y los bálticos con Ucrania, Turquía, y un falso amigo, China: malas compañías para los intereses de Rusia.

Derrumbar un régimen no siempre trae mejoras. En lugar de estabilidad, podría surgir un vacío de poder que otras potencias, como China o incluso actores terroristas, podrían aprovechar, generando más problemas que soluciones. Para Rusia, Europa y el resto del mundo.

Dos personas fueron asesinadas hoy en la sede de la empresa "Wild Berries" en Moscú. Es el Amazon de Rusia, la empresa más grande del país. Los copropietarios, marido y mujer, están en medio de un divorcio brutal: el señor de la guerra checheno Kadyrov y los partidarios de Putin respaldan a uno u otro en la pareja. Cada uno tiene ahora un ejército que lucha por el control de la empresa con la policía indefensa.

Rusia sigue siendo un jugador importante en el mercado energético mundial. Su desintegración podría causar una crisis energética global, afectando gravemente a las economías de todo el mundo, incluida la occidental.

En lugar de fomentar la desintegración, sería más sensato apoyar una transición pacífica hacia un estado más democrático dentro de Rusia. Un colapso abrupto podría desencadenar problemas humanitarios y políticos de gran magnitud.

Alguien ha apostado por la "desintegración" de Rusia de manera ordenada. Nadie se atreverá a tirar la primera bomba atómica. Ese país se convertirá en un paria en la tierra. Y Rusia ya no tiene capacidad de ganar. Ucrania ha demostrado que puede "no perder". Veremos si Ucrania tiene capacidad de ganar. En dar a Ucrania esa capacidad de ganar están los beneficiarios de la desintegración de Rusia. Petróleo y gas a muy bajo precio.