Catherine Renton, una mujer comprometida con el ahorro, asegura que lleva tres inviernos sin encender la calefacción en su hogar gracias a una serie de medidas sencillas y económicas. En el contexto de la borrasca Herminia, que trae temperaturas extremas, sus métodos resultan aún más interesantes.
Entre las principales medidas, Renton decidió vestirse con más capas de ropa dentro de casa, acompañado del uso constante de mantas. Este cambio le permitió resistir las bajas temperaturas sin recurrir a los radiadores.
Además, invirtió en cortinas aislantes, colocándolas en todas las ventanas para reducir la entrada del frío. Así, mejoró el aislamiento de su vivienda, uno de los principales problemas en hogares con instalaciones antiguas o poco eficientes.
Otro truco destacado es aprovechar el calor residual al cocinar. Catherine deja la puerta del horno abierta tras su uso, permitiendo que el aire caliente se expanda por las habitaciones. Este sencillo hábito, combinado con sus otras medidas, le ha permitido ahorrar considerablemente.
Sin embargo, Renton advierte sobre el riesgo de humedad en hogares sin fuentes de calor estables, lo que podría derivar en problemas como el moho. Esto podría implicar gastos mayores a largo plazo, por lo que es fundamental evaluar las condiciones de cada vivienda antes de aplicar estos métodos.
Sus trucos, aunque simples, destacan por su efectividad y representan una solución temporal para quienes buscan ahorrar sin comprometer demasiado su confort.