Las manadas del odio

[EstoEsElPueblo]

Estos días aparecen no solo individuos e individuas en las redes sociales pero también manadas enteras que muestran su alegría de manera abierta por el contagio de conronavirus de determinadas personas -como el caso del dirigente de VOX Ortega Smith- y expresan un odio indisimulado hacia colectivos y personas individuales: son las manadas del odio.

Me recuerda a la aparición de los primeros casos de SIDA en los años ochenta y a dos colectivos muy vulnerables de la época: homosexuales y consumidores de droga por vía intravenosa.

Alegrarse de las desgracias ajenas es una de las muestras de insolidaridad más bajas y zafias. Se hizo también de manera disimulada, señalando a colectivos de mayores como víctimas mortales de una enfermedad desde las cámaras de televisión española; y se repite estas muestras de calculada falta de sentimientos cuando se comunican las cifras de muertos y las edades de los fallecidos.

Esta plaga del coronavirus es como una guerra. Veremos lo mejor y lo peor de las personas. Lo mejor en el trabajo constante de quienes están en la trinchera contra la enfermedad: personal sanitario, médicos, enfermeros... hombres y mujeres que se enfrentan a un posible contagio y que no disponen de medios para atender las consultas, como mascarillas. Y entre lo mejor veremos también a hombres y mujeres cumpliendo algo más que los deberes cívicos y ayudando a otros.

Lo peor lo vemos en las redes sociales. Un gobierno que no actúa; un gobierno que de un día para otro habla de estado de emergencia cuando la experiencia de otros países señala que debió declararse la gravedad de la situación semanas antes.

Y veremos también lo peor de la gente común y no tan común. Gente anónima que expresa en las redes su alegría porque mueren ancianos y no mueren jóvenes. Porque un dirigente político se ha contagiado... es la mayor de las bajezas, alegrarse del mal de otras personas.

En los ochenta alegrarse porque los colectivos homosexuales eran víctimas del SIDA era común en personas sin escrúpulos, sin formación, sin sentimientos. Ese mismo personaje sigue activo.