El anciano caníbal de Atizapán y sus cuadernos del horror

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TuiterTaurina
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El anciano caníbal de Atizapán y sus cuadernos del horror

Mensaje por TuiterTaurina » Vie Jul 08, 2022 11:08 am

El anciano caníbal de Atizapán y sus cuadernos del horrorPREMIUM
PABLO S. OLMOS
Ciudad de México
Actualizado Jueves, 7 julio 2022 - 22:29

Era ex carnicero y el presidente de los vecinos. Regalaba carne ocasionalmente. Por eso nadie entendía que fuera el gran feminicida. Engañó a todos con su doble cara. En sus cinco cuadernos manuscritos de sus crímenes hay más de 50 nombres de mujeres

Mientras los agentes de policía de Atizapán se llevaban esposado a Andrés Filomeno Mendoza, varios vecinos de la zona trataron de persuadirlos. Ninguno podía creer que El Chino, como le conocían todos, fuera capaz de hacer daño a nadie.

A sus 73 años, este anciano menudo y de aspecto agradable estaba íntimamente conectado a la vida del barrio: era el presidente del comité vecinal, controlaba el acceso al polideportivo, ayudaba a conseguir permisos e, incluso, regalaba carne ocasionalmente. Nadie sospechó que, detrás de esa apariencia inofensiva y altruista, se escondía el mayor feminicida serial de la historia de México, un ex carnicero caníbal capaz de asesinar impunemente a decenas de mujeres durante más de 30 años.

Las autoridades acusan a Mendoza de haber matado al menos a 19 mujeres, pero las evidencias apuntan a que serían más de 50. Y lo peor es que podría haber seguido actuando, si no fuera por la valiente iniciativa del marido de su última víctima.

Bruno era jefe de policía municipal, así que cuando desapareció su esposa, Reyna González, supo que tenía que actuar rápido: pidió a sus compañeros que revisaran las cámaras de seguridad de la zona y rastreó sus últimos pasos a través del GPS del móvil. La señal se perdía en la misma calle en la que vivía El Chino, una de las últimas personas que vio a Reyna con vida. También era un invitado habitual a las fiestas familiares, pero por algún motivo se negaba a dejarle entrar en su casa, bajo la amenaza de utilizar sus influencias políticas para cesarle.

Esa misma noche, los agentes entraron por la fuerza en el número 22 de la calle Margaritas, una humilde vivienda de ladrillo que Mendoza había construido con sus propias manos. Tenía dos habitaciones alquiladas a unos inquilinos que nunca imaginaron lo que estaba ocurriendo a pocos metros de donde dormían.

Su cuarto estaba al fondo y en una de las esquinas, una trampilla y una rudimentaria escalera de madera daban acceso a un sótano oculto y macabro. «Está destazada jefe. O no sé qué pedo pero aquí hay algo. Sí jefe, sí es. Afirmo: es una mano humana, a huevo es ella, es mi mujer», se escucha admitir a Bruno en la primera escena de Caníbal: indignación total, una serie documental producida por la Suprema Corte de Justicia de la Nación (con un inédito acceso a las pruebas del caso) que ha registrado récords de audiencia en su estreno esta semana.

El sótano era oscuro y sucio; en una esquina había un montón de basura y, en el centro, en una mesa vieja y abollada, «había un plato con un pedazo de carne mordido y una tortilla. Encontramos artículos de cocina con sangre, presumiblemente de las personas que asesinaba. En el techo tenía como un pedestal de madera donde ponía la cámara y se grababa», explica el capitán de bomberos Jonathan J. González en Caníbal. Los investigadores encontraron multitud de pruebas: documentos de identidad, teléfonos móviles, ropa, joyas, llaves y carteras de sus víctimas, así como medio centenar de cintas VHS y 70 fotografías.

También tenía libros de anatomía, dos básculas, un cuchillo, un machete y 5 cuadernos en los que registraba sus crímenes. «Carolina. Su peso es 95 kilos. Se fue al otro lado el domingo 6 de abril al amanecer. Cabeza, 5 kg. Los dos brazos. 12 kilos...», y así durante varias páginas.

Las primeras anotaciones son de 1991, el mismo año que se estrenó la película El silencio de los corderos. El capitán González pudo leer al menos 30 anotaciones sólo en uno de los cuadernos. Las excavaciones en la propiedad sacaron a la luz más de 4.600 restos óseos, «toda la casa es un absoluto cementerio. Cuando tiraron las paredes de cemento del baño, encontraron huesos, él construyó la casa y seguro que fue incorporando los restos», explica a Crónica el cineasta catalán Grau Serra, director de la serie.

¿CÓMO CONSIGUIÓ ENGAÑAR A TODOS?
Mendoza se mudó a la capital mexicana en la década de los 80 desde su natal Oaxaca. Trabajó en fábricas y también fue albañil y carnicero. Siempre vivió en la calle Margaritas. Era un tipo solitario, agradable y algo excéntrico, según sostienen algunos vecinos en el documental.

Presumía de ser amigo del alcalde de Atizapán, Pedro Rodríguez, y en los últimos años fue presidente del Consejo de Participación Ciudadana de la colonia Lomas de San Miguel, un cargo que le permitió ganar autoridad y atraer a muchas de sus víctimas. «Participaba en juntas, era muy exigente con la seguridad, se quejaba de que no había patrullas suficientes», asegura uno de los agentes entrevistados.

Mendoza tenía acceso a recursos públicos, facilitaba los permisos, gestionaba quejas y desperfectos en la zona. También regalaba y vendía carne. Uno de sus inquilinos asegura en el documental que «esa parte de ser carnicero era lo que le motivaba a repartir entre sus vecinos (...) lo hacía en kilos con el pretexto de que le regalaron mucha carne enchilada o de jabalí».

Grau Serra cree que una de las razones por las que logró engañar a todos durante tanto tiempo fue que, «todo el mundo se hacía el loco por el poder político que tenía y porque les ayudaba». Apunta también a «la falta de reacción de la sociedad y la impunidad».

CADENA PERPETUA POR UNA SOLA MUJER
Cada día, 10 mujeres son asesinadas en México, pero solo un tercio son reconocidas oficialmente como feminicidios. «Lo que intenta esta serie es provocar, no hace falta ser un monstruo para ser un feminicida», explica su director. A Mendoza ya nadie le llama El Chino, todos le conocen como «el caníbal de Atizapán» y, el pasado mes de marzo, fue condenado a cadena perpetua por el asesinato de Reyna.

Ha sido vinculado a 18 casos más, pero según explica Serra, «como mínimo hay 50 víctimas en esa casa y todavía no se ha excavado el suelo del sótano, ni la casa de la hermana». El director de Caníbal tuvo la oportunidad de entrar en prisión y preguntarle directamente si alguna vez había comido carne humana; él lo negó rotundamente, después miró al suelo, rascó la mesa, se puso la mano en la frente y pidió cambiar de pregunta.


Manchurriano
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Re: El anciano caníbal de Atizapán y sus cuadernos del horror

Mensaje por Manchurriano » Sab Jul 09, 2022 12:57 pm

Pues para los que sepáis inglés aquí en Estados Unidos tenéis la noticia de una funeraria que se dedicaba a la venta de partes del cuerpo humano de los cadáveres que llegaban para sus funerales.
https://nypost.com/2022/07/05/colorado- ... -for-cash/

Rekena
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Re: El anciano caníbal de Atizapán y sus cuadernos del horror

Mensaje por Rekena » Mar Jul 12, 2022 12:40 am

El horror de los horrores, y el tipo era un personaje sencillo, que se relacionaba con todo el mundo, querido en el barrio... y de comía a las mujeres ¡¡¡a docenas!!!

ToroRuso
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Registrado: Mié Dic 22, 2021 8:38 am

Re: El anciano caníbal de Atizapán y sus cuadernos del horror

Mensaje por ToroRuso » Lun Jul 18, 2022 5:06 pm

No hay película de terror que supere los horrores de este sujeto de México; de normal, un buen tipo y buen vecino; pero cuando se pone en faena, una máquina de picar y comer carne: durante décadas, wey, décadas...


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