Rafael Pedrosa, nombre artístico de Eutiquio Pedrosa Arnáiz, fue un eminente torero español nacido en Villatoro, Burgos, el 11 de marzo de 1929. Su legado en el mundo de la tauromaquia es notable, no solo por sus hazañas en la arena sino también por su impacto cultural y su contribución a las técnicas del toreo.
Desde sus primeros años, Pedrosa mostró una inclinación por el toreo, una vocación que lo llevó a debutar a la temprana edad de 19 años. Su primer encuentro significativo en la plaza de toros fue en San Sebastián, conocido como el Chofre, el 18 de julio de 1948. Desde entonces su carrera ascendió rápidamente, y en 1952, se enfrentó a su primera corrida con picadores en la plaza La Chata de Vista Alegre de Carabanchel. El punto culminante de su carrera temprana fue cuando tomó la alternativa en la plaza de toros de León el 23 de junio de 1957, un evento que marcó su transición a un matador de toros completo y lo posicionó como una figura prominente en el toreo español.
Tras su retiro de los ruedos, Rafael Pedrosa no se alejó del todo del mundo taurino. Su legado fue reconocido cuando recibió el título de Burgalés de Pro en 2007. Además, se le recuerda como un torero serio, con formas sobrias y excelentes, equilibrado y con pundonor. Su amistad con el célebre escritor Ernest Hemingway es otro testimonio de su impacto, siendo mencionado en la obra literaria "Por quién doblan las campanas".
Rafael Pedrosa falleció en Burgos el 29 de enero de 2017 a la edad de 87 años, dejando tras de sí un legado que perdura tanto en la historia del toreo como en la cultura española. Su memoria se mantiene viva en el corazón de la afición taurina, y su técnica y estilo siguen siendo referentes en el mundo del toreo.