El azul de Segrelles: vida y fantasía de un maestro valenciano de Albaida
José Gabriel Segrelles Albert nació el 18 de marzo de 1885 en Albaida, Valencia, en el seno de una familia numerosa de doce hermanos, hijos de Vicente Segrelles Bellver y Dolores Albert Soler. Desde muy joven mostró un talento innato para el dibujo, lo que lo llevó a convertirse en uno de los pintores e ilustradores más destacados de su tiempo, reconocido por un estilo único que combinaba simbolismo, fantasía, realismo mágico, orientalismo y art decó. Falleció en su localidad natal el 3 de marzo de 1969, dejando un legado artístico perdurable.
Formación y primeros pasos
Segrelles inició su formación artística en la Escuela de Artesanos de Valencia, donde sentó las bases de su técnica antes de ingresar en la prestigiosa Real Academia de Bellas Artes de San Carlos, también en Valencia. Allí estudió bajo la tutela de maestros como José Garnelo y Alda, Antonio Muñoz Degrain, José Benlliure y Joaquín Sorolla, con quien compartió sesiones de pintura al aire libre en la playa del Cabanyal, una experiencia que influyó en su manejo de la luz y el color. Posteriormente, completó su educación en la Escola de la Llotja de Barcelona, un paso crucial que amplió sus horizontes artísticos y consolidó su desarrollo profesional como ilustrador y cartelista.
José Segrelles, Cartel para las Fallas de Valencia
Trayectoria profesional
La carrera de Segrelles despegó con su trabajo como ilustrador para editoriales como Araluce y Salvat, donde destacó por sus minuciosas y evocadoras ilustraciones de clásicos como Las mil y una noches, Don Quijote de la Mancha y La Celestina, así como obras de Vicente Blasco Ibáñez (El Intruso, Flor de Mayo) y Rubén Darío (Azul). Su capacidad para capturar la esencia de estos textos lo convirtió en un referente en la ilustración literaria.
Su talento trascendió fronteras a partir de 1927, cuando comenzó a colaborar con la revista británica The Illustrated London News, llevando sus obras a un público internacional. En 1929, dio un salto aún mayor al trasladarse a Nueva York, donde residió hasta 1931. Durante esta etapa, expuso con éxito en el International Art Center of Roerich Museum y trabajó en campañas publicitarias para marcas como Ford, logrando un reconocimiento notable que marcó el apogeo de su carrera internacional.
Jose Segrelles la Gran Manzana mayo de 1930
En el ámbito del cartelismo, Segrelles dejó una huella imborrable en la cultura valenciana. En 1929, creó el primer cartel oficial de las Fallas de Valencia, una obra donada al Ayuntamiento y conservada hoy en el Museo Fallero, que refleja su conexión con las tradiciones de su tierra. Su habilidad como cartelista también brilló en Cataluña, donde fue premiado por su elegancia y originalidad.
Tras regresar a España en 1940, después de los años difíciles de la Guerra Civil, se instaló definitivamente en Albaida. Allí construyó su Casa-Museo, un espacio de inspiración árabe que diseñó durante su estancia en Nueva York y que hoy alberga la mayor colección de su obra. En esta etapa, se dedicó a proyectos más personales, destacando su importante contribución al arte religioso con los 19 cuadros del retablo mayor de la iglesia de Santa María en Ontinyent, una obra que combina su técnica refinada con una profunda espiritualidad.
José Segrelles Ilustración de don Quijote de la Mancha, aventura de los toros
Estilo y legado
El estilo de Segrelles es una fusión única de simbolismo, fantasía, realismo mágico, orientalismo y art decó, caracterizado por una técnica minuciosa y una imaginación desbordante. Sus obras transportan a mundos oníricos llenos de exotismo y misterio, con un uso distintivo del color que dio lugar al célebre "Segrelles Blue", un tono azul profundo que se convirtió en su sello personal, especialmente reconocido durante su etapa en Nueva York. Esta combinación lo alejó del costumbrismo dominante y lo posicionó como un artista visionario.
A lo largo de su vida, Segrelles recibió numerosos reconocimientos que atestiguan su impacto: la Medalla de Honor de las Bellas Artes (1898), su ingreso como Académico de Número en la Real Academia de Bellas Artes de San Carlos (1948), su nombramiento como Pintor de Cámara de la Diputación Provincial de Valencia (1958) y la Medalla de Oro del Círculo de Bellas Artes de Valencia (1964). Estos galardones reflejan tanto su excelencia técnica como su influencia en el arte español.
José Segrelles Canonización V centenario de San Vicente Ferrer
Últimos años y trascendencia
En sus últimos años en Albaida, Segrelles continuó creando, aunque a un ritmo más pausado, enfocándose en acuarelas y dibujos de pequeño formato que destilan introspección y delicadeza. Su estudio se convirtió en un punto de encuentro para artistas y admiradores, y él mismo se dedicó a organizar su legado, consciente de su valor cultural. Su muerte en 1969, a los 83 años, marcó el fin de una era, pero su obra perdura como un testimonio de su genialidad.
La Casa-Museo en Albaida permanece como un legado cultural fundamental, un lugar donde generaciones actuales pueden explorar su arte y comprender su contribución a la ilustración y la pintura. José Gabriel Segrelles Albert no solo enriqueció la cultura valenciana, sino que dejó una huella universal, influenciando a artistas contemporáneos con su capacidad para unir tradición y fantasía en un estilo inconfundible.
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