Pablo Aguado no es tan torero como lo pintan en el «retrato mediático»
En buena parte de la prensa especializada se le ha elevado a símbolo del toreo clásico, del temple sevillano y del valor quieto, pero ese retrato, aunque sugerente, ha sido más estético que verdadero. Aguado ha tenido tardes memorables —la de Sevilla en 2019, por ejemplo— pero no ha conseguido sostener en el tiempo ni la regularidad artística ni la ambición de figura.
Y si el toreo es constancia, pelea y verdad —además de estética—, Pablo Aguado sigue en deuda con esas dimensiones. El “nuevo Morante” que algunos anunciaron se ha quedado en un eco elegante, sin obra extensa.
Pablo Aguado en El Puerto de Santa María ¿lo pone todo el toro o el torero?
Pablo Aguado no es tan torero como lo pintan en el «retrato mediático»
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Pablo Aguado: 4 orejas en una tarde en Sevila y Salvador Cortés
28 de abril del 2006, el torero de Mairena de Aljarafe, Salvador Cortés, logró una hazaña en La Maestranza: cortó cuatro orejas en esa tarde.
Salvador Cortés logró cortar cuatro orejas en una misma tarde en la plaza de toros de Sevilla, en una actuación que combinó temple, entrega y oportunidad. La faena comenzó a definirse en el tercero de la tarde, un toro de Parladé con buenas embestidas. Cortés supo administrarle tiempo y distancia, lo que permitió hilvanar una faena limpia, marcada por la ligazón de los muletazos y una estocada efectiva, que le valieron las dos primeras orejas.
En el sexto, volvió a mostrar determinación desde el recibo a portagayola. De nuevo se impuso el ritmo del torero, que trabajó con un animal apenas castigado y que le permitió desplegar su concepto con amplitud. Tras un arranque vibrante, remató la faena con una estocada sincera, resultando prendido de forma aparatosa pero sin consecuencias. El reconocimiento fue inmediato: dos orejas más y la salida a hombros por la Puerta del Príncipe. Una actuación sólida, más basada en la entrega y el contexto que en la brillantez técnica o el impacto mediático.
Salvador Cortés logró cortar cuatro orejas en una misma tarde en la plaza de toros de Sevilla, en una actuación que combinó temple, entrega y oportunidad. La faena comenzó a definirse en el tercero de la tarde, un toro de Parladé con buenas embestidas. Cortés supo administrarle tiempo y distancia, lo que permitió hilvanar una faena limpia, marcada por la ligazón de los muletazos y una estocada efectiva, que le valieron las dos primeras orejas.
En el sexto, volvió a mostrar determinación desde el recibo a portagayola. De nuevo se impuso el ritmo del torero, que trabajó con un animal apenas castigado y que le permitió desplegar su concepto con amplitud. Tras un arranque vibrante, remató la faena con una estocada sincera, resultando prendido de forma aparatosa pero sin consecuencias. El reconocimiento fue inmediato: dos orejas más y la salida a hombros por la Puerta del Príncipe. Una actuación sólida, más basada en la entrega y el contexto que en la brillantez técnica o el impacto mediático.
Re: Pablo Aguado no es tan torero como lo pintan en el «retrato mediático»
Cuando más flojo ven a Pablo Aguado, más hacen sonar las críticas a Juan Ortega: que si no es de Triana; que no es ni de Sevilla, que nació en Chec.l.. qué exageraciones.
Re: Pablo Aguado no es tan torero como lo pintan en el «retrato mediático»
Pablo Aguado tiene más tardes de toros que méritos. Ahi lo dejo.
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